El dólar dice: el TLCAN no se va a acabar

El comportamiento del dólar durante los últimos días de la semana pasada reflejó el cambio de tono de las declaraciones de diversos integrantes de la administración Trump, que indican que, por lo pronto, hay una buena disposición a que continúen las negociaciones del Tratado de Libre Comercio de Norteamérica a lo largo de este año.

El dicho más importante fue del propio Donald Trump, quien en una entrevista con The Wall Street Journal ofreció ser más flexible en la negociación con México. “Yo entiendo que hay muchas cosas difíciles de negociar antes de una elección”.

Aunque luego aludió al tema del muro, respecto a la negociación del Tratado definió un perfil mucho más comprensivo y flexible.

Otro de los funcionarios que habló del tema fue Steven Mnuchin, secretario del Tesoro. Señaló que las negociaciones marchan bien y ponderó el trabajo de Robert Lighthizer, el Representante Comercial de Estados Unidos y jefe de la negociación, y agregó que si no hubiera negociación, Estados Unidos saldría.

Otra más de las declaraciones fue la de Paul Ryan, líder de la mayoría republicana en la Cámara de Representantes; señaló el viernes pasado que el problema del TLCAN es Canadá y no México. Además, dijo que hay que trabajar en la modernización del Tratado y no pensar en retirarse.

Todo este cuadro condujo a que la divisa norteamericana pasara de un nivel de 19.42 el jueves por la mañana a otro de 19.03 al cierre de las operaciones del viernes.

Respecto a los niveles más elevados que tuvo la divisa norteamericana hacia finales de 2017, ya hay una ganancia del peso de 4.0 por ciento, lo que refleja el cambio de ánimo de los operadores del mercado.

Es cierto que el dólar se depreció también contra el resto de las divisas, pero el peso tuvo una ganancia mayor a la mayoría de las monedas.

Aunque Trump no se ha caracterizado por la consistencia en las declaraciones que ha hecho a lo largo del tiempo, el tono de sus últimos dichos respecto al TLCAN muestra un cambio.

Y ese cambio puede estar asociado a la consideración de que una salida del Tratado en estas circunstancias podría tener consecuencias negativas para su partido, pues muchos legisladores republicanos que buscan reelegirse son partidarios del Tratado y una decisión abrupta de irse implicaría divisiones en el Partido Republicano y la posibilidad de perder escaños en el Senado.

Quizás en México ya se percibió ese nuevo ánimo y las más recientes declaraciones del secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, sobre todo las efectuadas ante embajadores y cónsules la semana pasada, manifiestan que el lenguaje mexicano podría ser mucho más conciliador en los temas estrictamente comerciales.

No tardaremos mucho en conocer si realmente hay tal cambio de perspectivas, pues el martes 23 comenzará la sexta ronda de negociaciones en Montreal, Canadá.

Terminará el domingo 28 de enero y se esperan mensajes de los secretarios de los tres países. Luego, el martes 30 de enero, Trump hablará ante el Congreso para dar su mensaje sobre el estado de la Unión.

Es decir, en un lapso de dos semanas tendremos probablemente una idea mucho más precisa de lo que podemos esperar de estas negociaciones en los próximos meses y de sus implicaciones en el tipo de cambio, en la economía e incluso en la política.