Conspiraciones y demás sandeces en contra de la Ley de Seguridad Interior

Con la reciente impugnación a la Ley de Seguridad Interior por parte de 44 senadores ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), cabe resaltar que la serie de impugnaciones son detalles que corresponden al Poder Legislativo. Aquí la pregunta es ¿por qué los legisladores no hicieron estas propuestas en su momento?, o ¿sólo es un evento para atraer los reflectores para sus partidos?.

Para esta ley se abrieron foros de discusión pertinentes en cada cámara, se turnó a comisiones y fue aprobada en el pleno, después enviada a la Cámara de Diputados y ahí fue ratificada –¿entonces, señores senadores, si fue ratificada por los diputados, tuvo que ser discutida otra vez?– y, por último, se envío a Presidencia para que fuera promulgada.

Entonces fue aprobada con rigor constitucional, se dieron las discusiones con la sociedad civil, se hizo una difusión de lo que se estaba aprobando, entonces ¿por qué hacer este show en tiempos electorales?, es muy absurdo que el Senado en plena discusión, difundió los detalles de la ley y los hizo públicos en forma accesible a la población.

Esta ley, si se lee con detalle, se apega a los tratados internacionales en materia de derechos humanos,  garantiza la libertad de tránsito, de expresión, de asociación, como tal se ha disfrutado en los últimos 30 años.

La libertades básicas han quedado intactas, no se ven retenes militares o cateos sin una orden, todo ha transcurrido de manera normal desde que fue promulgada y no hay ningún golpe de estado como el que pronosticaban los opositores.

Tampoco hay indicios de intervención extranjera en las tareas de seguridad nacional, ni se ve el interés del gobierno americano en este tema, pues está enfocado en la construcción del llamado muro de la vergüenza. Por lo que, se puede concluir, no hay conspiración alguna.