Con berrinches, Ulises Ruíz exige una rebanada del pastel

Los reclamos de Ulises Ruíz y su petición para que el PRI elija su nueva dirigencia en una contienda interna toparon con oídos sordos. Más que síntoma de una fractura en el partido, lo del exgobernador de Oaxaca parece el berrinche de un niño que llegó tarde a la fiesta y no alcanzó pastel. Peor aún, la rabieta de alguien que ni siquiera fue invitado.

El pasado lunes, Ruíz presentó una carta –”platicada con muchos militantes” según sus propias palabras– en la que pedía que “se deje desierta” la convocatoria para la elección del presidente del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del PRI y se haga una consulta interna. No obstante, el oaxaqueño no aclaró quiénes son los militantes que lo respaldan.

Al parecer, el mensaje de Ruíz es que si Ochoa Reza lo invita a su fiesta, llevará a sus amigos para “poner ambiente”. Y es que el exgobernador dice contar con un grupo de diputados, senadores y funcionarios priístas en Oaxaca que responden a su voluntad. Según dijo, entre sus allegados destacan Herminio Cuevas Chávez, Antonio Amaro Cancino, David Aguilar Robles, Carlos Sarabia Camacho, Jorge Toledo Luis, Beatriz Rodríguez Casasnovas, Carolina Aparicio, y Jaime Aranda Castillo, a quienes parece utilizar como instrumentos de presión, o bien, como actores para escenificar una fractura interna.

Por otro lado, en entrevistas a medios, Ulises Ruíz advirtió que con Ochoa Reza, el PRI perderá la elección de 2018. Y quizá habría que escucharlo. Después de todo, él mismo ha aguado la fiesta electoral a su partido en dos ocasiones.

La primera fue en 2010, cuando concluyó su periodo al frente de Oaxaca. En aquella ocasión, Ruiz falló al intentar que el PRI conservara la gubernatura del Estado. El resultado no fue una sorpresa, la administración de Ulises Ruiz es vista como el peor gobierno en la historia de la entidad; acaso por eso el pueblo oaxaqueño optó por Gabino Cué, candidato de la alianza PAN-PRD-PT.

La segunda ocasión en que Ulises Ruiz “aguó la fiesta” al PRI fue éste año, en Quintana Roo. En esta ocasión, el oaxaqueño ocupó el cargo de delegado del CEN en aquella entidad, y dicen los enterados que Ruiz habría provocado una fractura entre los aspirantes a la candidatura a gobernador: Mauricio Góngora y Carlos Joaquín González. En consecuencia, González abandonó al PRI, aceptó la candidatura de la alianza PAN-PRD, y obtuvo la victoria en los comicios.

Dos elecciones, dos derrotas para Ulises Ruiz; quien hoy pone en duda el nombramiento de Enrique Ochoa Reza.

En sus declaraciones contra la designación del líder tricolor, Ruíz también repudió el viejo método del “dedazo” y pidió formas más democráticas para la designación del presidente del CEN. No obstante, el “dedazo” no parecía una mala idea cuando el exgobernador trató de imponer a su allegado, Eviel Pérez Magaña, como candidato priísta para las elecciones de 2016 en Oaxaca. El problema, sin embargo, es que no le salió la jugada y el partido prefirió al actual gobernador electo, Alejandro Murat.

Y para rematar, los métodos de Ruíz para solucionar el conflicto con la Asamblea Popular de Pueblos de Oaxaca –la APPO– en 2006 no fueron nada democráticos. Al entonces gobernador se le acusa de recurrir a la represión, al encarcelamiento y a la desaparición para evitar ser destituido.

Con esta baraja de perlas, luce complicado que Enrique Ochoa Reza invite a Ulises Ruiz a la fiesta del nuevo PRI . Y si es invitado, seguramente su pedazo de pastel no será muy grande, ¿o usted le confiaría una rebanada significativa a un perfil con estas credenciales?