Comisiones en la ALDF, creen que somos idiotas

En repetidas ocasiones nos hemos referido a la opacidad, la ineficacia y la inutilidad de las comisiones legislativas.

También hemos dicho que la Asamblea Legislativa del Distrito Federal es el congreso local con más presupuesto, con más burocracia y con más opacidad en todo el país. Tan sólo el año pasado, la ALDF recibió más de mil 400 millones de pesos.

Además, hemos comentado que el congreso del Distrito Federal tiene más comisiones ordinarias y especiales que el promedio internacional de los congresos nacionales.

Y a pesar de todo esto, los políticos parecen ignorar su realidad.

Según distintos medios, los diputados del distrito federal pretenden elevar el número de comisiones ordinarias —de 37 a 39—, y llevar de 11 a 13 las comisiones especiales.

Es decir, llegar a un total de 52 comisiones legislativas.

Pero, ¿qué buscan los legisladores al inflar la burocracia de esta manera? ¿será, acaso, que los diputados mantienen un interés profundo en atender e investigar problemáticas específicas?

No. La razón de ser de las comisiones legislativas no es ésa.

En realidad, una comisión legislativa es un espacio de control, de poder, de influencia, de proyección y de mayores recursos.

De confirmarse el incremento en el número de comisiones –y si se consideran, además, los órganos de gobierno de la ALDF–, entonces habría espacios de poder y de influencia, prácticamente, para cada legislador. ¿Y cómo debemos entender esta circunstancia?

Elemental. Esto quiere decir que estos políticos se sirven del cargo y buscan renta política.

Esto quiere decir que los diputados capitalinos se rigen por la máxima del poder por el poder.

Esto quiere decir que los legisladores del Distrito Federal no entendieron el mensaje ciudadano de la elección del siete de junio.

Esto quiere decir que la Morena de Obrador –que tiene el mismo numero de curules que el PRD–, es igual de tramposa, de abusiva y de opaca que el propio PRD y el resto de los partidos.

Esto quiere decir que a los diputados de la ALDF les importa muy poco la austeridad.

Esto quiere decir que los políticos que se indignan por un seguro médico o que dicen renunciar a los bonos, hacen a un lado las migajas para asegurar el verdadero negocio: el de las comisiones.

Esto quiere decir una cosa: que los diputados creen que los electores son idiotas.