Ya no somos defeños, ¿Qué seremos?

Con 386 votos a favor, 33 en contra y una abstención, el Pleno de la Cámara de diputados aprobó la reforma política del Distrito Federal.

Es decir, que se modifican 54 artículos de la Carta Magna y se derogan otros dos.

Por ahora, sólo falta que 17 legislaturas estatales aprueben la reforma. Una vez que se concluya el trámite, la reforma se enviará al Presidente Enrique Peña Nieto quien se encargará de promulgarla.

Según se ha dicho, con la reforma…

Desaparece el Distrito Federal y surge la Ciudad de México.

Se promulgará una Constitución antes del 31 de enero de 2017.

Las delegaciones serán demarcaciones territoriales y serán gobernadas por un alcalde.

La ALDF será sustituida por un Congreso local que tendrá la facultad de aprobar o rechazar reformas constitucionales.

Los diputados aprobarán su presupuesto anual.

El Gobierno Federal mantendrá la responsabilidad del financiamiento a la educación y a los servicios de salud. Y…

El Procurador de Justicia y jefe de Policía serán nombrados por el jefe de Gobierno y ya no por el presidente.

Pero, ¿qué significa todo esto? ¿cómo afecta a los habitantes del Distrito Federal?

En opinión de Mauricio López, ex presidente del PRI capitalino, se aprobó la mejor reforma que, políticamente, se pudo aprobar.

En otras palabras, pudo haber mejoras, pudo haber correcciones, pudo haber enmiendas… pero el momento político permitió aprobar esa reforma y, según López, es una buena reforma.

Para Mauricio López, esta reforma se traducirá en un mejor gobierno, en un estilo de administración pública del Siglo XXI, y en un triunfo para los ciudadanos.

A su vez, el presidente del PAN en el Distrito Federal, Mauricio Tabe, explicó que esta reforma generará contrapesos en los gobiernos delegacionales.

Y es que, los alcaldes de la capital podrán ejercer su propio presupuesto, deberán repartir las posiciones entre la oposición y los cambios que impactan a la ciudad, se decidirán en la ciudad; no en las instancias federales.