En las últimas semanas hemos visto cómo la tragedia en Siria se agudiza y quienes pagan los platos rotos de la guerra -sin deberla ni temerla- son los niños de ese país.
Una de esas niñas, que vive el dolor del enfrentamiento armado a diario, tuvo la iniciativa de hacerse escuchar en redes sociales.
Con ayuda de su madre, Bana Alabed -de siete años- abrió una cuenta de Twitter desde donde le pide a los líderes mundiales que paren el bombardeo a Alepo, la ciudad en la que ella vive.
Con mensajes, fotografías y videos donde se pueden escuchar los bombardeos, la menor cuenta que ella solo quiere paz para poder estudiar y convertirse en maestra.
Su cuenta @AlabedBana tiene hasta este momento más de 38 mil seguidores y sus mensajes han dado la vuelta alrededor del mundo.
Y este caso nos recuerda al de la chica palestina de 16 años, Farah Baker, que utilizó, también, las redes sociales para contar el día a día de la tragedia que vivía en 2014 en Gaza.
Después de ver ambos casos, que generan que miles alcen la voz en redes sociales, surgen muchas preguntas.
¿Sirve de algo que en redes sociales se alce la voz sin que ningún líder haga algo al respecto?
¿A quién le importan los millones de niños que a diario sufren tragedia como la de Bana o Farah?
