Veracruz, ahora el descontón es al Yunes panista

Dice el refrán que la vara con que mides serás medido… y todo indica que dice bien.

Durante meses, la oposición –PAN y PRD–, han coordinado una campaña de desprestigio en contra de Javier Duarte, gobernador de Veracruz.

Por eso, aquí hemos dicho, en repetidas ocasiones, que Javier Duarte no es el peor gobernador en funciones. Aún así muchos lo tratan como si fuera el peor de los servidores públicos que hayan trabajado en México.

Aquí hemos dicho que, en buena medida, los milagritos que muchos cuelgan a Javier Duarte no son parte de las responsabilidades, de las obligaciones y de las facultades de un gobernador.

Y aquí hemos dicho que gran parte de los ataques en contra de Duarte responden a un interés político y electoral. En especial porque en Veracruz se concentra la tercera reserva de votos más grande del país.

Es decir, que durante meses, en Veracruz hemos visto el mejor ejemplo de los alcances y las consecuencias de la guerra sucia.

Sin embargo, en el calor de las campañas, la batalla parece equilibrarse. O si lo prefiere, la vara con que midió la oposición ahora sirve para medirlos.

Así como panistas y perredistas han tundido al priista Javier Duarte; hoy en el ojo del huracán se encuentra el azul –y expriista–, Miguel Ángel Yunes, candidato de alianza al gobierno del estado.

La tarde del lunes, la cadena Univisión filtró un audio en donde Yunes Linares y su hijo, Omar Yunes, hablan sobre una transacción inmobiliaria –en Nueva York–, con valor de 58 millones de dólares.

En respuesta, los Yunes sostienen que se trató de una transacción que llevaron a cabo en 2014, que no se concretó y en la que Miguel Ángel Yunes fungió como promotor, no como dueño de los bienes involucrados.

¿Qué sentirán estar del otro lado?