Venezuela se queda sin médicos

La escasez, el miedo y la muerte son parte del cotidiano en Venezuela. Y a pesar de que el presidente venezolano, Nicolás Maduro, insiste que su sistema de salud es similar al de Cuba, lo cierto es que los servicios de salud en aquel país atraviesan una crisis insostenible.

Las muertes neonatales van en aumento, los pacientes convalecen, no hay medicamento, no hay energía eléctrica, no hay agua; y por si fuera poco, 13 mil doctores venezolanos han dejado su país porque no hay forma de que desempeñen sus funciones, porque tienen mal sueldo y porque tienen miedo. Los hospitales, en pocas palabras, están colapsados.

De acuerdo con la Federación Médica Venezolana, los bajos sueldos, la inseguridad y las ofertas para trabajar en el exterior son las causas de la diáspora médica.

Cabe señalar que en 2003 –bajo el mandato de Hugo Chávez– se lanzó una red de consultorios populares que ofrecían consultas gratuitas en zonas rurales. Sin embargo, el 80 por ciento de estos dispensarios desaparecieron.

Aunque Nicolás Maduro trató de revivir a los consultorios populares, su proyecto falló pues Venezuela fue declarada –por la Asamblea Nacional– en “crisis humanitaria”.

Fiel a su costumbre, Maduro negó la crisis y rechazó la iniciativa de la Asamblea Nacional para acceder al Fondo Rotatorio-Estratégico de Medicinas de la Organización Mundial de la Salud.

Pero eso no es todo. Nicolás Maduro también prohibió a la organización religiosa Cáritas –de España–, distribuir medicinas y equipos médicos en los sectores más pobres.

¿Cuántas personas seguirán muriendo por la falta de médicos y por las decisiones de Maduro?