Venezolanos apuestan por la ruta pacífica

Este martes, el consejo electoral de Venezuela dio luz verde para que la oposición al régimen de Nicolás Maduro comience a recabar firmas e inicie un juicio de revocación de mandato.

Con este movimiento, Maduro se convierte en el segundo presidente de América del Sur que podría ser echado del poder.

En este momento, la oposición deberá recabar firmas del 1 por ciento del padrón electoral. de conseguirlo, iniciaría formalmente el proceso para recabar firmas equivalentes al 20 por ciento de los votantes venezolanos y entonces echar a andar al proceso revocatorio.

Según parece, la oposición trabajará contra tiempo. Y es que, si el juicio revocatorio concluye este año, Venezuela se iría a elecciones. No obstante, si termina en 2017, el control del país quedaría en manos del vicepresidente.

Sobre el tema, el periodista venezolano Luis Carlos Díaz comentó a La Otra Opinión que el árbitro electoral ha hecho de todo para complicar el proceso; desde negar la información hasta imponer trabas burocráticas.

Y es que, entre más tiempo ganen, es más probable amortiguar la revocación de mandato contra Nicolás Maduro.

En este momento, en Venezuela gobierna Nicolás Maduro pero mandan los jefes del Ejército y otros poderes fácticos que tienen el control real de aquel país.

Por eso, existe la intención de prolongar los procesos y favorecer que Venezuela quede en manos del vicepresidente. De este modo se garantizaría que alguien afín a la élite gobernante se quede al frente del país.

Lo relevante es que a pesar del desgaste de Nicolás Maduro, a pesar de las trampas del árbitro electoral y a pesar de la carestía, la inseguridad y las crisis económicas; lo cierto es que los venezolanos apuestan por la ruta institucional y ciudadana.

Es decir, que en medio del caos, los ciudadanos de Venezuela apelan a su talante democrático y prefieren hacer fila, entregar firmas y esperar que las reglas echen a un dictador bananero que ha ignorado todas las normas.

Después de todo, la democracia sigue ahí.