Un PRI con dos rostros

 

En términos de imagen política el PRI, por ser el partido en el poder, a partir del inicio del nuevo año se encuentra entrampado entre noticias buenas y malas. Los extremos.

La excelente información que le dio un alto reconocimiento a nivel internacional fue la recaptura de El Chapo.

Como le endilgaran al ex presidente Felipe Calderón “haiga sido como haiga sido”; es decir, no importa cómo le hicieron –con todas las contradicciones que se van encontrando- el objetivo es que lo aprehendieron.

Era el hombre más buscado por la policía mexicana y también por la norteamericana porque introduce a ese país gran cantidad de enervantes.

La imagen del gobierno mexicano, como dijera Adal Ramones, se fue hasta arribotota.

Tanto que el mismísimo Barack Obama, presidente de los Estados Unidos, felicitó, a través de un llamada telefónica, a nuestro presidente, Enrique Peña Nieto.

Era un acontecimiento de fiesta. Todos estábamos felices. Hasta que…

Detuvieron a Humberto Moreira Valdés en España, por presuntos vínculos con el negocio que venía realizando El Chapo.

La imagen del PRI se deteriora. Como se dice en un eslogan que ha caído en lugar común en el ámbito futbolero: le abollaron la corona a ese partido.

Y es que Moreira se le acusa de “sui generis inversiones” cuando fue gobernador del Estado de Coahuila. La investigación la realiza la policía gringa. Aquí, se deduce, sigue la impunidad.

Algunos recuerdan a Moreira de extracción priista, y de inmediato lo ubican porque fue presidente nacional del tricolor.

Moreira era simpático, le falta como a muchos políticos el carisma. Bailaba, cantaba, recitaba poemas, era abusado. A alguien con peso político no le era tan agradable y tal vez era envidia porque Moreira era un sencillo profesor. Egresó de una Escuela Normal Superior y sólo con eso llegó muy alto: presidente municipal de Saltillo y gobernador.

Eran los tiempos de alternancia política; pero no en Coahuila, ya que con descanso de un sexenio llegó a dirigir el hermano de Humberto de nombre Rubén.

Se permitió el exceso porque a nivel nacional era la lucha de panistas contra priistas. Se defendían los colores nacionales frente a los azules. Pero llegó la etapa de la transparencia y el PRI, para obtener credibilidad tenía que exponer a uno de los suyos.

El sacrificado, así lo indican las circunstancias, será Moreira.

Sólo un año duró en la presidencia del PRI a nivel nacional. No terminaba de agradar “su simpatía” y menos sus arranques de poder. Cuando comenzaron a investigarlo en el mismo PRI sabían de sus “vicios”; esa fue la causa mayor de su dimisión. Lo perdonaron y en respuesta amenazó con “ventilar” información sobre otros actores.

Supongo que en respuesta cae abatido el hijo mayor. Pasaron los años y solicitó ayuda para estudiar en España (donde lo agarraron) y antes de irse dijo que iba a realizar una investigación sobre el quehacer político mexicano. Me imagino que al mismo personaje o grupo que ya lo traía en la mira no le gustó lo que dijo.

Hubo, como se puede observar un compás de espera. Lo han aprehendido como un simple delincuente y es priísta.

Esta es la mala imagen de este partido.