UACM, imposible calcular tamaño del fraude

La Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM) determinó que ya no es necesario tener un título de licenciatura para poder impartir clases en ese centro de estudios.

A partir de ahora, cualquiera con “conocimientos extraordinarios” será docente en esa institución.

La pregunta evidente en este caso sería; si antes –con maestros titulados– los alumnos tenían un aprendizaje cuestionable, ¿qué será de los alumnos ahora que cualquier persona –sin aval de capacidad docente– se dedique a la actividad de enseñanza?

El documento en que se puede leer la reforma de la UACM indica que: “aquellos postulantes que no posean el título descrito, necesario para ser docentes en algún programa de licenciatura o posgrado de la universidad y que puedan acreditar la excepcionalidad de sus saberes y conocimientos, deberán solicitar la dispensa del grado”.

Es decir que poco valen –para las autoridades de esta universidad– los años que una persona pasa estudiando para obtener un grado académico.

Poco vale también la formación que se le brinda a los alumnos de esa escuela, pues si para enseñar no hay regla, ¿por qué la habría para estudiar?

Y poco vale –para la institución fundada por Andrés Manuel López Obrador–, el trabajo que hacen otros maestros en otras instituciones.

Sin embargo –y por desgracia–, esto es lo único se puede esperar de una universidad tan poco seria como lo es la UACM; en donde mes con mes se reparten recursos de la Ciudad de México para su subsistencia.

¿Aún así hay quienes aseguran que estaríamos mejor con López Obrador?