Trump quiere un muro, México y Canadá desaparecen visa

En prácticamente todos los medios mexicanos circulan las mismas imágenes. En casi todas vemos a dos mandatarios. Uno es mexicano, milita en el PRI y lleva casi cuatro años en el poder. El otro es canadiense, pertenece al partido liberal de su país y tiene poco más de medio año en el cargo.

Uno se llama Enrique Peña Nieto y es parte de una familia de larga trayectoria política. El otro lleva por nombre Justin Trudeau, y coincidentemente, es hijo de otro ex primer ministro canadiense.

Las imágenes son llamativas porque, mientras algunos se enfocan en las diferencias de edad, de estatura o en que un gobernante retrata mejor que el otro… prácticamente todos ignoran que en el fondo, asistimos a un triunfo del diálogo, de la negociación, de la diplomacia y del Estado moderno.

Y es que, mientras personajes profundamente conservadores –como Donald Trump–, quieren construir un muro entre México y Estados Unidos; los presidentes de México y Canadá acuerdan eliminar las barreras migratorias y desaparecer las visas de ingreso.

Mientras que Trump amenaza con deportar a la comunidad de migrantes latinos que viven de forma ilegal en Estados Unidos; Trudeau y Peña hablan del fortalecimiento en la relación de ambos países.

Mientras que Trump amenaza con sacar a Estados Unidos del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, Enrique Peña y Justin Trudeau ponen la mesa para profundizar los vínculos comerciales entre México y Canadá.

Y mientras que Trump advierte que volverá a hacer de los Estados Unidos un país “grande”, los presidentes de México y de Canadá apuestan por engrandecer la región.

A partir de mañana, cuando el presidente de Estados Unidos –Barack Obama–, se sume al intercambio diplomático; veremos cómo los tres líderes de los tres países de América del Norte dialogan, negocian, pactan y construyen un escenario de cooperación en la región.

Y al mismo tiempo, en el corazón de las tres naciones, se mantienen latentes la amenaza de los nacionalismos radicales y de la xenofobia.

En Estados Unidos vemos al señor Trump; en México tenemos al propio Andrés Manuel López Obrador.

Dicen los expertos que los niveles de diálogo actuales entre las tres naciones se encuentran entre los más productivos y benéficos en la historia.

Aún así, hay quienes insisten en ignorar estos triunfos y apuestan por cerrar las fronteras.

¿Es ése el futuro de la región?