“Transparentan” falta de transparencia de AMLO

Los cuestionamientos a la supuesta austeridad de Andrés Manuel López Obrador no sólo los hacen el PRI, el PAN, el PRD, Vicente Fox y otros detractores del tabasqueño en el medio político nacional. La honestidad y la transparencia del líder de Morena también es cuestionada por medios de comunicación internacionales.

Este martes, el periódico estadounidense The Wall Street Journal publicó una investigación en la que reveló que López Obrador es propietario de dos departamentos en la Ciudad de México, mismos que no fueron referidos en la declaración fiscal, patrimonial y de intereses —3 de 3— que presentó el tabasqueño en agosto. De hecho, en su declaración el líder de Morena dijo no poseer ningún tipo de propiedad, y aseguró vivir de un sueldo de 50 mil pesos mensuales.

La publicación informó que los inmuebles en cuestión fueron adquiridos por López Obrador en 2002 cuando se desempeñaba como Jefe de Gobierno capitalino, que cada uno tiene una superficie de 76 metros cuadrados y que su valor asciende a cerca de 109 mil dólares.

A pesar de que antes de presentar su declaración 3 de 3 el señor López afirmó que ya heredó todas sus propiedades a sus hijos, The Wall Street Journal comprobó que los departamentos aún aparecen a su nombre en el Registro Público de la Propiedad; es decir, él sigue siendo el dueño legal.

Tras la publicación del artículo, el vocero de Morena, César Yáñez declaró que, en efecto, a López Obrador le correspondía el 50 por ciento de los derechos de esas propiedades luego de la muerte de su primera esposa. Pero también aclaró que los donó a sus hijos y que las propiedades pronto aparecerán a nombre de ellos, pues los departamentos ya se encuentran en juicio testamentario y la confusión se debe a que “se retrasó el papeleo”.

Sin embargo, varios cuestionamientos saltan a la vista, pues en su declaración patrimonial de 2004 —cuando era Jefe de Gobierno capitalino— López Obrador tampoco declaró la propiedad de estos departamentos.

A esto se suma el tema del Rancho La Chingada, que el líder de Morena dijo haber heredado, pero —de acuerdo con investigaciones periodísticas— en realidad cedió como usufructo vitalicio, una figura legal en la que, a pesar de no figurar como dueño de la propiedad, le permite disponer de ella como si lo fuera.

Entonces, ¿Por qué no aclaró López Obrador la situación legal de estas propiedades?

Algunos pensarían que la omisión es parte del montaje armado por el tabasqueño para hacerse ante la opinión pública de una imagen de austeridad. Pareciera que heredar o ceder sus propiedades antes de presentar su declaración fue una estrategia para hacerle creer a los ciudadanos que posee menos de lo que en realidad tiene.

Ahora bien, estrictamente hablando, esto no constituye ningún delito: la declaración 3 de 3 no es obligatoria para los funcionarios de partido, el IMCO no tiene facultades investigativas y la plataforma sólo es una invitación a la honestidad y la transparencia. El problema es que López Obrador —quien se dice transparente— no declaró las regalías de sus libros y conferencias y a la fecha nadie sabe cómo financia las giras que realiza por todo el país como parte de la campaña permanente en la que lleva más de 10 años.

Para muchos, lo que queda evidenciado es que el líder de Morena pretende engañar a la opinión pública al navegar con bandera de austeridad y exigir a “la mafia del poder” rendición de cuentas cuando él es de todo menos transparente.