Frente a los hechos violentos en Oaxaca y en medio de las negociaciones entre la CNTE y la secretaría de Gobernación; muchos se preguntan, ¿qué responsabilidad tiene el gobierno local, en manos de Gabino Cué?
En entrevista para La Otra Opinión, el exdiputado perredista Fernando Belaunzarán admitió que existe una gran decepción hacia el desempeño de Gabino.
Belaunzarán trajo a cuenta que, hace seis años, el entonces candidato de alianza –Gabino Cué–, recibió el apoyo de amplios sectores; desde Andrés Manuel López Obrador hasta Cuauhtémoc Cárdenas. Y es que, como el propio Belaunzarán dijo, Cué tenía la oportunidad de construir una candidatura presidencial competitiva desde la gubernatura de Oaxaca.
No obstante, eso no ocurrió. Para el exdiputado amarillo, Gabino Cué se quedó corto. Prueba de ello es que los ciudadanos le pasaron factura el pasado cinco de junio. Es decir, que con sus votos favorecieron al aspirante del PRI, Alejandro Murat.
Fernando Belaunzarán explicó que Gabino Cué fue omiso y que cuando trató de poner orden –y retomar el control de la educación–, era demasiado tarde.
Lo anterior se explica, en palabras del exdiputado, con las intenciones electoreras de la alianza entre el PAN y el PRD. Después de todo, se trató de acuerdos para ganar votos pero no para construir gobiernos. De ahí que la alianza PAN-PRD no supo gobernar en Oaxaca y que el gobernador Cué terminara tan mal parado.
Sobre el acercamiento entre el gobierno federal y el magisterio disidente, Belaunzarán recordó que un gobierno debe mantenerse abierto al diálogo; pues el diálogo es instrumento de democracia y de civilidad. De hecho, en opinión del político, la cerrazón de Aurelio Nuño –titular de la SEP–, quien cerró la puerta a la negociación; en realidad puso la mesa para que la CNTE ganara la batalla.
Eso sí, Fernando Belaunzarán calificó de reprobables los métodos de la CNTE; aunque también acusó al gobierno de caer en una trampa y de crecer el conflicto al grado de entregar mártires a la Coordinadora.
Belaunzarán concluyó diciendo que no está de acuerdo con la CNTE –que sólo pretende mantener sus privilegios–, pero también dijo que no se siente identificado con un gobierno que utiliza un instrumento de Estado –como la reforma educativa– como algo punitivo o de coacción.
