Tlaxcala, ¿la oposición abre camino al PRI?

La tarde del martes, el PRI designó a su candidato para la gubernatura de Tlaxcala. El elegido fue Marco Antonio Mena Rodríguez, ex presidente del Comité Directivo Estatal del tricolor.

En el camino se quedaron figuras como Anabell Ávalos Zempoalteca, delegada de la Sedesol en Tlaxcala. Para algunos, Ávalos era la política más adelantada en la carrera por la candidatura.

Sobre Mena se sabe que sería el delfín del gobernador en funciones, Mariano González. No obstante, lo que no termina de quedar claro es si esta cercanía beneficiará al candidato tricolor. Después de todo, el desempeño de Mariano González no es el mejor evaluado.

Además, Marco Antonio Mena cuenta con una maestría en políticas públicas por la Universidad de Chicago, ha sido diputado local y ha ocupado varios cargos en la administración pública.

Y mientras que el PRI y sus aliados –Partido Verde, Panal y Partido Socialista–, cierran filas en torno a Mena; en la oposición no terminan de ponerse de acuerdo.

Por un lado, la senadora panista Adriana Dávila advirtió que pase lo que pase ella irá a registrarse como precandidata del PAN. Por el otro lado, la senadora perredista Lorena Cuéllar advirtió que tampoco cederá la candidatura.

De hecho, la obstinación de las senadoras ha puesto en riesgo la alianza entre el PAN y el PRD que, según se sabe, estaría aprobada por las dirigencias de ambos partidos.

Al botepronto, el capricho de las senadoras tiene dos implicaciones:

La primera, que finalmente se verá si las dirigencias de Agustín Basave –en el PRD– y de Ricardo Anaya –en el PAN–, tienen el control que dicen tener. Es decir, que se sabrá si es que las directivas azul y amarilla tienen la habilidad y la capacidad para superar la obstinación de las senadoras.

La segunda, que los pleitos en la oposición podrían facilitar el camino al PRI. Después de todo, una oposición dividida no será rival contra el aparato tricolor.