Solidaridad con Joaquín López Dóriga

En este espacio hemos cuestionado con severidad la parcialidad, la intolerancia, la impunidad y los manejos opacos del Instituto Nacional Electoral.

También hemos criticado las pillerías de no pocos consejeros que se aumentan el sueldo, que olvidan la naturaleza de su labor y que solapan las malas prácticas.

De hecho, nos hemos dado a la tarea de exhibir a los árbitros electorales farsantes que sirven a los intereses de algún partido político o que se aprovechan del servicio público.

Por eso, encontramos cuestionable, censurable, reprobable, indignante y aborrecible que el Instituto Nacional Electoral acose al periodista Joaquín López Dóriga por los  cuestionamientos que éste realizó durante las transmisiones de la visita del Papa.

Resulta, según explica López Dóriga en su columna de este miércoles, que a lo largo de las transmisiones con motivo de la visita de Francisco, el periodista hizo pública su extrañeza ante los spots que el INE pautó a lo largo dicha cobertura televisiva.

El extrañamiento de Dóriga ocasionó que el INE emplazara al periodista a una audiencia de pruebas y alegatos en lo que —igual que él—, consideramos se violaron a sus derechos fundamentales.

En los hechos, Joaquín López Dóriga es procesado por opinar. Igual que ocurrió a Leopoldo López en Venezuela e igual que ocurrió en México durante los tiempos del PRI.

¿Conocerá el INE el tamaño de su torpeza? ¿sabrán lo que están haciendo? ¿tendrán idea de la violación que cometen?

Como sea, toda nuestra solidaridad con Joaquín López Dóriga.

A continuación reproducimos la columna del periodista:

El INE: ofensiva chavista.

El Instituto Nacional Electoral ha endurecido su persecución en mi contra por haber hecho una serie de comentarios, ninguno falso, ninguno inexacto, sobre los spots que de acuerdo con su pauta transmitió durante la cobertura televisiva de la visita del papa Francisco a México, a partir del pasado sábado 13 de febrero.

Si bien, por una votación dividida no me aplicaron lo que llaman medidas cautelares, sí me han citado en términos que violan el concepto más elemental de libertad, derecho a la libre expresión, mis derechos humanos y mis garantías constitucionales.

Puedo entender la ira que pueden producir en algunos protagonismos del INE mis comentarios, pero no puedo aceptar el trato que me da, insisto, atropellando mis garantías constitucionales.

La persecución del INE la basa en los comentarios que hice durante la transmisión del sábado de la visita del papa, en el sentido de que el corte comercial al que íbamos, había sido pautado por el mismo INE, lo cual es cierto; que era sobre las campañas para candidatos constituyentes de la Ciudad de México, cierto también; que en los del partido Acción Nacional, se promovía la persona de su presidente, Ricardo Anaya, de nuevo cierto, y habían sido programados en la transmisiones del viaje papal a México, otra verdad del tamaño de una catedral, para estar en el tono.

Y así lo vieron por mayoría de votos los integrantes de la Comisión de Quejas y Denuncias del INE, quienes concluyeron que “no existe base para destinar que las expresiones y comentarios analizados transgredan el marco normativo y no se vulnera el modelo de comunicación política previsto en el artículo 41 constitucional” y que lo dicho en la referida transmisión “se hizo en ejercicio de libertades que el Estado mexicano debe respetar”, agrega que esas expresiones “están amparadas bajo la libertad de expresión. Considerar lo contrario, podría ser nugatorio de derechos fundamentales sin que exista base razonable o motivos suficientes para ello, lo cual conduciría a la adopción de una medida desproporcionada en perjuicio de los denunciados”, que además de este reportero son Javier Alatorre, Carolina Rocha y Jorge Zarza.

No obstante lo anterior, fui emplazado a una audiencia de “pruebas y alegatos”, lo que es una clara violación, reitero, de mis derechos fundamentales, pues me convoca el mismo fiscal que me acusa de una falta inexistente, de acuerdo con la Comisión de Quejas y Denuncias del mismo instituto, dejándome en la indefensión al comparecer ante el fiscal que acusa y no ante un tribunal.

Ese es su concepto de libertad y democracia.

Por supuesto que acudiré a todas las instancias garantes de los derechos humanos de México y del extranjero para defender mi derecho a la libertad de expresión e impedir esta violación de las garantías fundamentales, porque no he violado ninguna ley.

Nos vemos mañana, pero en privado

Tomado de Milenio