Este lunes, el dueño del Partido Sinaloense –Héctor Melesio Cuén–, anunció su renuncia al proceso interno del PAN para designar al candidato azul al gobierno de Sinaloa.
Y aunque para muchos esta renuncia podría verse como de poca relevancia, lo cierto es que Melesio Cuén –y su partido político– concentran cerca del 15 por ciento de los votos en Sinaloa. Es decir, que cualquier partido que logre una alianza con esta fuerza política estaría muy cerca del triunfo.
En esta lógica, el PAN y el PAS –Partido Socialista– habían acordado ir en alianza en la elección del 5 de junio. No obstante, aunque Melesio Cuén parecía el candidato natural –por ser el dueño absoluto del partido sinaloense–; la mañana del lunes anunció que abandonaba la contienda azul. ¿Y por qué eso es importante?
Uno. Porque, según los enterados, con la salida de Melesio Cuen se vendría abajo la alianza entre el PAN y el PAS.
Dos. Porque con Melesio Cuén fuera de la contienda y luego de la falta de interés de Manuel Clouthier Carrillo por buscar el gobierno de Sinaloa, la oposición se queda sin cuadros sólidos para competir contra el PRI.
Y tres. Porque, según parece, a falta de una competencia real, en Sinaloa podría haber una alianza de facto para apoyar al candidato del PRI, Quirino Ordaz.
O si lo prefiere, que en Sinaloa, la oposición parece empeñada en que gane el PRI.
