Según las cifras que se conocen a los primeros minutos del viernes, todo indica que una ligera mayoría habría votado por la salida del Reino Unido de la Unión Europea. Es decir, que el llamado Brexit habría ganado.
De confirmarse esta tendencia, la clase política británica tendría que cumplir su palabra y comenzar el proceso de separación de la Unión de países europeos. O si lo prefiere, el Reino Unido se convertiría en el primero de 28 países miembros en renunciar al pacto entre Estados.
En este momento, es imposible conocer ña dimensión del cambio. Nadie, con certeza, podría adelantar lo que implicaría una eventual salida del Reino Unido. Algunos hablan de la caída del Euro, otros del desplome de la Libra Esterlina y hay incluso quien dice que podría haber compras de pánico y brotes de violencia.
Lo cierto es, sin embargo, que asistimos a uno de los triunfos más contundentes de los nacionalismos exacerbados, de la xenofobia y de la intolerancia. No sobra recordar que todo este numerito empezó hace meses, durante las elecciones en el Reino Unido. Uno de los partidos ultraconservadores sumó apoyos con la promesa de sacar a los británicos de la Unión Europea. Fue así que el todavía Primer Ministro, David Cameron, se comprometió a someter a consulta la permanencia de la Gran Bretaña en la Unión.
Hoy sabemos en qué habría terminado esta promesa de campaña.
Por donde se mire, resulta no sólo alarmante sino estremecedor afrontar las consecuencias de esta oleada conservadora que muchos creyeron superada luego de las grandes guerras mundiales. A todas luces, el eventual triunfo del “Brexit” sería el escenario opuesto al espíritu de cooperación, de paz y de comunidad que inspiró –hace décadas– los orígenes de la Unión Europea.
Más aún, en este momento, las empresas, las familias e incluso los gobiernos del Reino Unido mantienen vínculos importantísimos con el resto de los países de la Unión. Hoy día, los beneficios de pertenecer a este conglomerado de naciones se traducen en un mejor estilo de vida para quienes habitan en este país. Acaso por eso, no sorprende que algunas de las naciones que conforman el Reino Unido amenacen con azuzar los ánimos independentistas para que, en caso de que Gran Bretaña abandone la Unión, ellos puedan ser parte del acuerdo de países europeos.
Y es que, como seguramente sabe, el Reino Unido está compuesto por cuatro naciones: Gales, Escocia, Inglaterra e Irlanda del Norte; y al menos los escoceses e irlandeses ya dijeron que no están dispuestos a salir de la Unión.
Por eso, más allá de la especulación, más allá de los pronósticos exagerados, y más allá del mensaje que enviaría el Brexit; no sobra preguntar, ¿sabrá el Reino Unido que con la salida de la Unión Europea los primeros derrotados podrían ser ellos mismos?
