Petróleos Mexicanos informó que tras la explosión de este miércoles –en el complejo petroquímico Pajaritos, ubicado en Coatzacoalcos, Veracruz–, el número de trabajadores muertos fue de 27.
Como ya parece costumbre, luego de la tragedia, las especulaciones y los rumores se hicieron presentes.
A través de un video –publicado en el Portal Letra Roja–, se observa a familiares de los trabajadores del complejo que impiden el paso a camiones de volteo del Ejército Mexicano –que colaboran en el lugar–, pues aseguran que en los vehículos militares, el gobierno saca los cuerpos de las víctimas.
Lo cierto, sin embargo, es que el gobierno no gana nada ocultando cuerpos. Incluso, el presidente Enrique Peña se trasladó a Coatzacoalcos para visitar Pajaritos y para escuchar a los trabajadores lesionados.
Sin duda, a nadie sorprende que ante la catástrofe, se hagan presentes la incertidumbre, la desesperación y el enojo de los familiares. Por donde se mire, los involucrados deben sentirse agobiados ante la falta de noticias de sus familiares. Pero eso no justifica que se difundan rumores y se siembren mentiras.
Por eso insistimos ¿qué ganaría el gobierno con ocultar cuerpos? Estas presunciones son parte de una tara que muchos arrastran desde hace años. Y es que, en los hechos, ésas serían prácticas retrógadas y acciones rancias. Acciones que habrían quedado atrás desde hace años.
Al respecto, es importante hacer una precisión. Es probable que algunos cuerpos se pierdan. Las explosiones de esta naturaleza tienen el potencial de reducir todo a cenizas.
Por otro lado, también circula la versión de que otros empleados –algunos de ellos sobrevivientes–, fueron obligados a trabajar en la planta a pesar de que existían señales de la fuga que, eventualmente, provocó la explosión.
A estas versiones habría que responder que en plantas como la de Pajaritos existen protocolos que garantizan la seguridad del personal y que evitan que un accidente se convierta en catástrofe.
Por eso fue necesario que algunos trabajadores acudieran al lugar, cumplieran con los protocolos y evitaran que el asunto se convirtiera en tragedia.
Finalmente, ya surgieron los interesados en politizar el tema. Por ejemplo, la diputada federal de Morena, Rocío Nahle, pidió a las autoridades tener un informe oficial para no especular sobre lo sucedido y acusó a las autoridades de negligentes. Según Nahle, en Pajaritos hubo incidentes que no se atendieron a tiempo.
Según la diputada, el Gobierno federal debe responder por haber entregado las instalaciones a una empresa privada. Para la legisladora de Morena, “se muestra el desprecio por la vida de los trabajadores a costa de la privatización de recursos nacionales”.
