Roberto Borge y otros funcionarios de “altos vuelos”

Mientras la mayoría de los quintanarroenses viajaban en transporte público, y los más afortunados en automóviles particulares, el exgobernador Roberto Borge se pasó el sexenio volando en taxis aéreos para su servicio personal.

En su comparecencia ante la Comisión de Hacienda del Congreso de Quintana Roo, Carlos Acosta Gutiérrez, Director General de VIP Servicios Aéreos Ejecutivos S.A. (VIPSAESA) reveló que, durante su gestión, Borge dispuso de una flotilla de 4 avionetas y un helicóptero proporcionados por la empresa —que es propiedad del gobierno estatal—.

Borge utilizó a VIPSAESA para subarrendar a la empresa veracruzana Taxi Aéreo Villarrica, —propiedad de Francisco Ruiz Anitúa, quien según los enterados, es amigo personal del exgobernador— dos aviones y un helicóptero cuya renta ascendía a entre

3 mil 250 y 4 mil 500 dólares por hora de vuelo.

De acuerdo con Acosta, Borge no habría sido el único en utilizar estos taxis aéreos, pero su administración era la que determinaba quiénes viajaban en las aeronaves. Se estima que fueron alrededor de 60 personas —entre funcionarios públicos, legisladores y familiares del grupo cercano al exgobernador— quienes volaron en los taxis aéreos.

Según cálculos de legisladores locales y medios de comunicación, la inversión de la administración Borge para la renta y mantenimiento de la flota aérea del exgobernador costó en total mil 200 millones de pesos. Cabe recordar que al concluir su mandato —apenas este fin de semana— Borge dejó al Estado una deuda de 22 mil millones de pesos. ¿Serán estos gastos parte de la deuda?

Por lo pronto, el Congreso local ya se plantea investigar a Borge por daño al patrimonio del estado. También el actual gobernador, Carlos Joaquín González, quien al tomar posesión prometió que “la lucha contra la corrupción y la impunidad será implacable”. ¿Cumplirá con su palabra? A ver si no “se le va el avión” y todo queda en palabras.

Lo cierto es que Borge no es el único funcionario público con una fijación por el transporte aéreo y los “altos vuelos”.

  • Sergio Estrada Cajigal, quien fue gobernador de Morelos entre 2000 y 2006 rentó un helicóptero para asuntos de seguridad pública, pero en realidad lo utilizaba con fines románticos para trasladar a sus amigas, hecho que hizo que la aeronave se hiciera acreedora al sobrenombre de “helicóptero del amor”.
  • El gobernador de Michoacán, Silvano Aureoles fue duramente criticado cuando la cantante Belinda utilizó un helicóptero de la Secretaría de Seguridad Pública para asistir a la visita del Papa Francisco.
  • Al exgobernador de Zacatecas, Miguel Alonso Reyes se le acusa de haber adquirido un helicóptero para la Secretaría de Seguridad Pública a través de operaciones ilícitas.
  • En 2015 salió a relucir que el exdirector general de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), David Korenfeld no sólo utilizaba helicópteros oficiales para sus giras de trabajo; también lo utilizaba para trasladarse desde su domicilio a sus oficinas, e incluso llegó a utilizarlos para vacacionar con su familia. El escándalo derivó en la renuncia del funcionario.

¿Será que es tan molesto para los gobernadores y sus allegados desplazarse en automóvil —y ya no se diga en transporte público— como cualquier ciudadano?