Respuesta en Oaxaca sería no pagar impuestos

Desde hace tiempo, los maestros de la CNTE iniciaron su protesta para frenar la reforma educativa. En fechas recientes, todo salió de control. Las autoridades se enfrentaron con simpatizantes del movimiento, en Nochixtlán, y murieron ocho personas.

A partir de ese momento, la disidencia intensificó sus actividades y la crisis en Oaxaca se agravó.

De acuerdo con la información, el magisterio –y otras organizaciones que apoyan su causa– comenzaron a saquear tiendas departamentales y de autoservicio, vandalizaron la propiedad pública y provocaron pérdidas millonarias a los empresarios y comerciantes de la entidad.

Para saber qué significado tienen los hechos y el impacto que han generado en el bolsillo de los empresarios, en La Otra Opinión entrevistamos al ex presidente estatal de la Coparmex, José Escobar; quien aseguró que hasta hace meses, muchos creyeron que no se volverían a ver estos incidentes en Oaxaca.

Sin embargo, hoy día, el caos no sólo se vive en la capital del país sino en otras latitudes. En Salina Cruz, por ejemplo, Escobar señaló que los saqueos han sido el pan de cada día en las tiendas grandes. Además, el desabasto ha limitado la cantidad de productos alimenticios para vender y para surtir a quienes comercian con ellos.

De acuerdo con el ex presidente de la Coparmex, los negocios particulares también han sido robados, y actualmente en el centro histórico de Oaxaca es frecuente ver locales en renta, pues la mayor parte de los dueños ha salido del estado con rumbo a Puebla y otras entidades.

Escobar comentó que en el centro de la capital los manifestantes cortaron la electricidad –aunque ellos lo niegan–, lo que hace imposible el tránsito por el rumbo a partir de las 19.30 horas, pues todo se queda a oscuras y se vuelve zona de riesgo.

Por otro lado, cuando alguien intenta denunciar los hechos ante la policía, la respuesta es que existen instrucciones de no salir. De modo que Oaxaca es un lugar sin ley.

José Escobar reiteró su preocupación por la situación del estado. También dijo que el escenario se agrava. Pues en este momento, se sabe de gente –ciudadanos de a pie– que  protestan por las protestas de la Coordinadora.

Es decir, que existen las condiciones para un conflicto mucho mayor.

En esta lógica, los empresarios –en un acto desesperado– han pensado en tomar las oficinas del SAT para detener los trámites y evitar que los oaxaqueños paguen impuestos. Con esta medida de presión, explicó el empresario, probablemente las autoridades decidan poner fin al conflicto.

Sin lugar a dudas, Oaxaca se ha convertido en zona de guerra –a pesar de que las carpas de los maestros estén vacías–, pero los únicos que tienen el poder para solucionar el problema continúan haciéndose de la vista gorda, ¿qué esperan para actuar?