¿Quién se disculpará por las mentiras sobre el “milagro brasileño”?

Durante una década, muchos escuchamos que Brasil era la octava maravilla.

Durante una década, el ex presidente Luis Inacio Lula da Silva era el referente obligado para los políticos que se decían de izquierda.

Durante décadas, incluso había peregrinaciones de servidores públicos y simpatizantes de la izquierda que viajaban a Brasil para escuchar a Lula el ilumniado.

Durante una década, Brasil atrajo todos los reflectores.

Durante una década, Brasil engañó a todo el mundo.

Hoy, Brasil se encuentra sumido en una profunda crisis económica, social y política.

Hoy, el ex presidente Lula es investigado por ser el principal beneficiario de una compleja red de corrupción al interior de Petrobras.

Hoy, la misma Dilma Rousseff –sucesora de Lula–, podría estar involucrada en el escándalo y el Partido del Trabajo –en que militan Lula y Dilma–, está muy cerca de perder el poder presidencial.

Por eso preguntamos, ¿quién ofrecerá una disculpa en nombre de todos los que intentaron vender ídolos con pies de barro?

¿Quién, en nombre de los académicos, los políticos y demás figuras públicas que exhibían a Lula como el referente obligado, pedirá una disculpa pública?

¿Quién asumirá el costo de haber adelantado triunfos y pregonado una realidad inexistente?

¿Quién?

Sobre el tema, en entrevista para La Otra Opinión, el Doctor Mario Torrico, investigador de FLACSO, explicó que la pluralidad de partidos en el congreso brasileño ha obligado –históricamente– a que los presidentes compren las voluntades de los legisladores.

No obstante, dado el tamaño del congreso –y las cuotas de los diputados–, el monto que demanda “aceitar” el Congreso es demasiado alto. En consecuencia, los presidentes –como Dilma y Lula–, han optado por sangrar su principal fuente de ingresos –Petrobras–, con tal de asegurar que el Poder Legislativo eche a caminar sus proyectos de gobierno.

¡Así se las gastan en Brasil, el ejemplo mundial..!