¿Quién frena la violencia en Acapulco?

Entre el domingo de Ramos y el Domingo de Resurrección, Acapulco registró una ocupación hotelera del 92 por ciento.

No obstante, en esos mismos días, en Acapulco hubo 39 ejecuciones.

Entre las bajas destaca la de un funcionario que laboraba para el Sistema de Agua Potable Municipal y el incidente en que tres hombres armados abrieron fuego al interior de un bar, donde el saldo fue de dos muertos y tres heridos.

Según se ha dicho, la ola de violencia se debe a los enfrentamientos entre dos grupos criminales que hicieron caso omiso a las palabras del arzobispo de Guerrero, quien pidió una tregua durante los “días de guardar”.

En esta lógica, el domingo pasado –en el Itinerario Político–, dijimos que las cifras de muertos por el crimen organizado en Guerrero son igual o más alarmantes que las que ha dejado el Estado Islámico en seis países. Y es que en dos años, el grupo de terroristas ha provocado cuatro mil 30 muertes; no obstante, el narcotráfico de Guerrero ha cobrado –sólo en la entidad– tres mil 979 vidas, en el mismo periodo.

Acaso por eso, el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, aseguró que en comparación con los hechos de hace tres años, el crimen organizado ya no ataca a civiles y que actualmente los enfrentamientos son entre ellos mismos.

Y entonces preguntamos, frente a la matazón que vive el estado, ¿sirven de algo las palabras de Osorio?