Todo indica que Dilma Rousseff tiene los días contados en la presidencia de Brasil. Luego de los escándalos –principalmente de corrupción– en que está involucrada, cada vez son más las evidencias del descontento colectivo. De hecho, cada día que pasa avanza el juicio político que podría echarla del cargo.
Y aunque el panorama pinta negro para Rousseff, lo cierto es que a pesar del desprestigio, el desafuero de Dilma tiene que seguir los trámites que marca la ley. De hecho, son cuatro pasos los necesarios para que la brasileña sea destituida.
Uno. El titular de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha –oponente político de Dilma– deberá aceptar una petición de juicio político. Después de ser aprobada, una Comisión Especial de 65 miembros votará la destitución -esto podría ocurrir entre el 14 y 17 de abril–; a su vez, la Cámara de Diputados debatirá –en Sesión Plenaria– si considera si hay elementos para la destitución de Dilma Rousseff.
Dos. El trámite de juicio político deberá ser aprobado por las dos terceras partes de la Cámara de Diputados. De conseguirlo, el proyecto llegará al Senado y Dilma Rousseff dejará la presidencia de manera provisional.
Tres. El Senado tendrá 180 días para decidir si se destituye o absuelve a la presidenta. En ese periodo, el vicepresidente Michel Temer tomará las riendas de la jefatura de Estado.
Cuatro. Si el Senado aprueba la destitución, Michel Temer estará al frente del Ejecutivo hasta 2018, fecha en que concluirá el mandato para el que fue electa Dilma Rousseff.
