¡Puta doble moral..!

Que el intento de censura salga de dueños del fútbol –cuyos gerentes nada entienden del origen de las palabras, su acepción, intención y significado–, no debe sorprender a nadie.
Lo grave es que la “intelectualidad” mexicana no asome la voz para “iluminar” el oscurantismo que se impone en los estadios de fútbol.
Nos referimos, como está claro, a la censura de la expresión festiva en el fútbol mexicano y que –para las buenas conciencias–, resulta homofóbica.
¿De cuándo acá es ofensivo, homofóbico y lacerante el “¡Eeeeeeeh puto!” que en coro entonan adversarios de un equipo de fútbol –en todos los estadios nacionales–, al portero contrario? ¿Para quién significa ofensa, agravio o insulto?
Para empezar, el significado de “puto”, en Word Reference, arroja acepciones como: “Persona que ejerce la prostitución”, “persona que obra con malicia y doblez (“¡Qué puto eres, engañando así a tu madre!”); hecho despreciable (“Ese puto coche no hace más que dejarme tirado”) y actividad difícil (“El trabajo en el campo es muy puto”).
A su vez, la RAE definen “puto” como expresión denigratoria (“Me quedé en la puta calle”); expresión para ponderar (“Ha vuelto a ganar. ¡Qué puta suerte tiene!”) y enfatiza escasez de algo (“No tengo un puto duro”).
El “Chingonario” define sustantivos de “Puto o Puta”, los siguientes: “Putiza”, “Putazo”, “Putamadral” y “Putero” y como adjetivos de “puto”, los siguientes, “agachón”, “acobardado” y “pusilánime”.
En el Laberinto de la Soledad, Octavio Paz compara la expresión española “Hijo de puta”, con el mexicanísimo “Hijo de la chingada”, con la precisión de que el primero es hijo de madre que abre las piernas por dinero y el segundo hijo de mujer violentada.
Jaime Sabines exclama, en Tarumba. “¿Qué putas puedo hacer, Tarumba, si no soy santo, ni héroe, ni bandido, ni adorador del arte, ni boticario, ni rebelde?”.
Y en “Canonicemos a las Putas” homenajea a las sexoservidoras: “No engañas a nadie, eres honesta, íntegra, perfecta; anticipas tu precio, te enseñas, no discriminas a los viejos, a los criminales, a los tontos… eres la libertad y el equilibrio; no sujetas ni detienes a nadie; no sometes a los recuerdos ni a la espera. Eres pura presencia, fluidez perpetua”.
¿A quien escandaliza el “¡Eeeeeh puto!”?
Puta doble moral de los dueños del fútbol.
Al tiempo.