Presupuesto participativo, ¿otra tomada de pelo?

¿Sabía que los gobiernos delegacionales están obligados a realizar consultas ciudadanas para que los vecinos decidan el uso que se dará al tres por ciento del presupuesto delegacional?

En efecto, esta figura se llama presupuesto participativo y, según parece, podría ser una nueva “alcancía” para los jefes delegacionales.

Año con año, en el Distrito Federal se lleva a cabo una consulta ciudadana con el fin de que los vecinos elijan los proyectos prioritarios en que la autoridad debe invertir el monto que corresponde al presupuesto participativo.

Sin embargo, este martes, el periódico Reforma hizo pública la aparente desaparición de casi tres mil millones de pesos –asignados a las 16 demarcaciones de la Ciudad de México–, en los cinco años que ha operado esta figura de gobierno ciudadano.

De acuerdo con lo que marca la ley, los tres mil millones de pesos debieron emplearse en la rehabilitación de banquetas, de parques, del alumbrado público, en trabajos de repavimentación, servicios de tubería o recolección de basura, entre otros asuntos prioritarios. Sin embargo –siempre según Reforma, esto no fue así.

En la delegación Miguel Hidalgo, por ejemplo, no se concretó alguno de los proyectos prioritarios entre enero y noviembre de este año. Aun así, el monto del presupuesto llegó a las arcas delegacionales y en noviembre de este año, se realizó otra consulta popular.

De igual manera, en la delegación Álvaro Obregón existe el reporte de la construcción de un módulo de vigilancia en la colonia San Ángel. No obstante, nadie explica dónde se ubica el módulo o la cantidad de dinero que se destinó a la obra.

Y como estos ejemplos, existen otros. Todo indica que la transparencia no ha sido el denominador común entre quienes manejan y ejercen el Presupuesto Participativo.

Este año –de acuerdo a las cifras oficiales–, se erogaron 823 millones de pesos por concepto de presupuesto participativo. Sin embargo la información pública no permite constatar si es que las obras se llevaron a cabo, dónde se realizaron y cuánto dinero se invirtió. Es decir, se operó en absoluta opacidad.

Según los informes que aparecen en el portal del Instituto Electoral del Distrito Federal, la participación en las consultas del presupuesto participativo fue, en promedio, menor al cinco por ciento de los habitantes de cada colonia. Aun así, los gobiernos delegacionales recibieron los recursos y, supuestamente, los ejercieron.

Llama la atención que al tratarse de un ejercicio de democracia directa –en donde el pueblo toma las decisiones sin intermediarios–, la participación ciudadana sea tan baja. Es igualmente cuestionable que se destinen millones de pesos a un proyecto ciudadano en donde lo que menos pesa son los ciudadanos.

¿O usted ha participado en la toma de decisión que involucra al Presupuesto Participativo? ¿Cuántas veces ha votado para que los problemas de su colonia se conviertan en asuntos prioritarios? ¿Cuántas veces ha recibido la invitación de participar, ya sea por medio de anuncios o campañas en internet? ¿Recuerda alguna consulta ciudadana además de la que se hizo para decidir el futuro del Corredor Cultural Chapultepec, en la delegación Cuauhtémoc? Es probable que la respuesta sea no.

No obstante, la falta de participación y de involucramiento ciudadanos no evita que las autoridades reciban –por concepto de presupuesto participativo– millones de pesos cada año. La pregunta es, ¿qué pasa con ese dinero? ¿realmente se construyen las obras que deberían construir? Según lo que publicó Reforma, la respuesta vuelve a ser no.