¿Por qué se vino abajo el juicio político contra Javier Duarte?

La tarde de ayer, martes, el Congreso de Veracruz declaró improcedente la solicitud de la bancada del PAN para realizar un juicio político en contra del gobernador Javier Duarte.

La solicitud de los azules llegó a las comisiones de Gobernación y Justicia, así como a la de Puntos Constitucionales. En estos espacios, la mayoría priista votó en contra de la iniciativa y salvó el pellejo al gobernador Duarte.

Al respecto, viene a cuenta preguntar, ¿por qué fracasó el juicio político contra Duarte? Aquí ofrecemos algunas explicaciones.

Uno. Porque el PRI controla el Congreso y Javier Duarte es priista.

Dos. Porque, contrario a lo que muchos dicen, Duarte mantiene el respaldo de su partido y su partido pretenden mantener al veracruzano en el poder hasta que concluya el periodo.

Tres. Porque la eventual renuncia de Duarte golpearía con fuerza a la imagen del PRI.

Cuatro. Porque el PRI no pondrá en riesgo la reserva de votos que tiene en Veracruz; la tercera más grande del país.

Cinco. Porque, pese a la campaña mediática contra Duarte y a pesar de sus notorios y frecuentes errores, Duarte no es el peor gobernador en funciones. De hecho, si se fuera Duarte, se tendría que ir la mitad de los mandatarios estatales.

Y seis. Porque a Duarte lo acusan de los desaparecidos de Tierra Blanca, de la muerte de periodistas, de los feminicidios, de los “juniors” que violaron a una menor y no han sido encarcelados y de una larga lista de escándalos. Sin embargo, en tanto titular del Poder Ejecutivo estatal, Javier Duarte no tiene la capacidad de actuar en estos asuntos. De hecho, quienes insisten que Duarte responda por estos crímenes ignoran la división de poderes y exigen que Duarte actúe como un súper gobernador y que anule al poder judicial.