Populismos de izquierda, igual que los populismos de Derecha

En este espacio hemos dicho que, en fechas recientes, la derecha ha cobrado relevancia y ganado influencia en varias partes del mundo.

Hace días, la ultra derecha ganó el 30 por ciento de los escaños en el congreso de Francia.

Anteriormente, en países como Polonia, Suiza, Portugal y Reino Unido, los partidos de derecha también avanzaron considerablemente.

A su vez, en Estados Unidos, la popularidad de Donald Trump sigue creciendo.

A pesar de sus locuaces declaraciones, a pesar de que los propios republicanos lo han cuestionado, y a pesar de que en otras partes del mundo se firman peticiones para que Trump no los visite, su popularidad se mantiene intacta. Incluso aumenta.

Pero hay más…

Para algunos expertos resulta peculiar que los “populismos de derecha” se construyan sobre figuras que vienen de fuera del esquema de partidos.

El caso más claro es el de Trump, quien nace del mundo de los negocios y amenaza con irse por la libre si no le entregan la candidatura.

Es decir, que la ultra derecha sería una amenaza no sólo para la democracia sino para el sistema de partidos y sus instituciones.

En entrevista para La Otra Opinión, el escritor y economista Luis Pazos comentó que el populismo no es exclusivo de la izquierda. O si lo prefiere, que así como existen líderes populistas de la talla de Hugo Chávez, Rafael Correa o Cristina Fernández; también son líderes populistas los políticos más conservadores como el propio Donald Trump.

Grosso modo, populista es el político que promete algo que no es sustentable a nivel verdadero. Es el político que dice que –a través del gobierno–, dará programas de ayudas. O es el político que pretende satisfacer las demandas ciudadanas con políticas públicas y proyectos legislativos hechos al vapor; sin pensar en las consecuencias que tendrían.

Todo eso es populismo.

Y de acuerdo con Luis Pazos, estos comportamientos se perciben en ambos extremos del espectro político: ya en la izquierda, ya en la derecha.

No obstante, los políticos populistas son una puerta falsa. Según Pazos, ninguno de ellos ofrece soluciones a los problemas, ninguno entiende la raíz de las exigencias sociales y ninguno ofrece un proyecto capaz de sostenerse y de lograr los resultados esperados. Aun así, la gente les cree y los vota.

Actualmente, en todo el mundo existen regímenes y políticos de corte populista. Lo peculiar es que más allá de su popularidad, de su manejo de medios, de sus discursos reaccionarios y de sus promesas sin sustento, lo cierto es que una vez en el poder, estas personas suelen acabar con las bases del proyecto económico que, en principio, les permitió llevar a cabo los programas sociales que los dotan de popularidad y de poder.

En otras palabras, que en los proyectos descocados de líderes populistas se encuentra la razón de su desplome.