¿Podrían tumbar a Alejandro Murat?

El viernes por la noche, el PRI confirmó que Alejandro Murat sería su candidato al gobierno de Oaxaca.

Como seguramente recuerda, Murat encabezó el infonavit hasta hace algunos meses.

Además, el tricolor es hijo del ex gobernador oaxaqueño, José Murat; quien mantiene una relación cercana al presidente Enrique Peña.

A pesar de que aquí creemos que la elección del PRI fue la más acertada…

A pesar de que aquí pensamos que para que la cuña apriete debe ser del mismo palo…

Y a pesar de que consideramos que un Murat podría regresar el orden al estado que otro Murat puso de cabeza…

En entrevista para La Otra Opinión, el periodista Carlos Ramírez aseguró que la elección de Oaxaca podría definirse en tribunales.

En opinión del analista, la candidatura de Alejandro Murat pende de un hilo.

Y es que la ley oaxaqueña establece que el hijo de un oaxaqueño puede gozar de las facultades de un oaxaqueño. Es decir, que por derecho de sangre, Alejandro Murat tendría una residencia efectiva gracias a que su padre –el ex gobernador José Murat–, nació y creció en Oaxaca. O si lo prefiere, que debido a su padre, Alejandro Murat cumpliría los requisitos para ser candidato al gobierno de Oaxaca.

No obstante, advirtió el periodista, si los tribunales deciden que la residencia real no es igual a la residencia efectiva, entonces se caería la candidatura de Alejandro Murat. ¿Por qué?

Porque hasta hace un par de años, el cachorro Murat vivía y trabajaba en el estado de México.

Por eso, a juicio de Carlos Ramírez, la candidatura de Murat podría verse como un arreglo típico del realpolitik. Es decir, un acuerdo en donde el presidente Peña pagaría los favores concedidos por José Murat con el ungimiento de su hijo, Alejandro. No obstante, la negativa en tribunales libraría de culpas al presidente y le daría la libertad de entregar la candidatura a otro político.

Sin embargo, aquí creemos que la postulación de Alejandro Murat está más que amarrada. De hecho, identificamos elementos para afirmar que incluso existiría un arreglo político para empujar –desde el ámbito empresarial–, la postulación del joven Murat.

Después de todo, el descontrol que gobierna Oaxaca demanda nuevos esquemas de negociación. Pero también se requiere la influencia y la presencia de quienes destaparon la cloaca. O si lo prefiere, que Oaxaca necesita de la mano del grupo de los Murat para salir del atolladero.

Pero hay más.

Carlos Ramírez también enlistó las formas en que el priismo se beneficia del caótico escenario político que vive Oaxaca.

Por ejemplo, el PRI se beneficiaría del desgastado gobierno de Gabino Cué.

Se beneficiaría, también, de la solidez del Partido Nueva Alianza. Y es que la agrupación que fundó la señora Elba Esther Gordillo no voltearía la espalda al partido del presidente cuando el destino legal de su lidereza también está en vilo.

Finalmente, el PRI se beneficiaría de la Morena de López Obrador.

En Oaxaca, según Ramírez, Morena controla cerca del 12 por ciento de los votos. En esta lógica, el partido de Andrés Manuel podría sumarse al PRI o jugar por la libre.

En el primer escenario el triunfo del tricolor sería inminente.

En el segundo –que es el más probable– los votos de Morena no le restarían apoyo al PRI. En realidad, los sufragios de Morena quitarían fuerza a la alianza entre el PAN y el PRD, lo cual afianzaría el triunfo del PRI.

Es así que, en un escenario que parece favorecer al PRI, el tricolor difícilmente se expondría a la inestabilidad e incertidumbre que traería un cambio de bateador de última hora.

Y por eso insistimos, es muy probable que la candidatura de Alejandro Murat –a pesar de las inconsistencias legales–, esté planchada y amarrada.