Peña Nieto ordenó el montaje

Vamos a suponer, por un momento, que todo lo que han investigado y opinado los “expertos” del GIEI es cierto; producto de una investigación profesional, digna del aplauso mundial.

¿Por qué razón –entonces–, los expertos no saben dónde están los normalistas; por qué no saben si están vivos o muertos; por qué no existen evidencias de estar vivos, si es que no fueron quemados? ¿Por qué no han logrado confirmar si los policías los secuestraron, escoltaron, persiguieron o si los entregaron a grupos del crimen organizado? ¿Por qué, si todo el trabajo del GIEI es digno de aplauso, existen más dudas que respuestas?

¿No es absurda la hipótesis?

Vamos a suponer –por otro lado–, que el GIEI tiene razón en las acusaciones y señalamientos contra el gobierno federal; que la PGR esconde la verdad, que sembró evidencia, que oculta pruebas, que sabe dónde están ocultos los estudiantes pero que, por alguna razón, no quiere revelar la verdad; crimen de “Los 43” que desde lo más alto del poder –desde el gobierno de Peña Nieto–, se trata de ocultar. Imaginemos que fuera cierta –por completo–, la anterior hipótesis del GIEI.

Eso obligaría a cuestionamientos elementales. ¿Por qué razón el gobierno federal se aventaría la puntada de ocultar información, si los jóvenes fueron secuestrados y atacados por policías de gobiernos del PRD y al servicio del crimen organizado; estatales y municipales? ¿No sería más rentable para el gobierno federal del PRI, exhibir la complicidad de los gobiernos municipales y estatal del PRD –en Guerrero–, vinculados con el crimen organizado?

¿No sería más positivo para el gobierno federal exhibir los vínculos del alcalde de Iguala, el señor Abarca, con AMLO y con buena parte del PRD? ¿No sería un éxito político exhibir la evidencia de los arreglos de gobiernos del PRD con el crimen organizado en Iguala y en Guerrero?

¿Por qué, entonces, el gobierno federal tendría el interés de ocultar un crimen que cometieron policías al servicio de gobiernos del PRD? ¿Por qué, si el gobierno federal nada debe, estaría ocultando información de un crimen que se cometió gracias a la complicidad del crimen organizado con AMLO y con el PRD?

¿No es absurda la hipótesis?

Y si extendemos los supuestos, por un momento imaginemos que Jesús Murillo Karam fue el autor intelectual y material de un monumental montaje para salva la cara del gobierno federal. Si esa es la hipótesis, entonces las consideraciones son otras.

Entonces debemos imaginar a Murillo organizando a un ejército de maestros de teatro para adoctrinó a más de cien detenidos, cuyas declaraciones coinciden como mecanismo de relojería. Imaginemos que una decena de guionistas escribieron la trama, mientras la puesta en escena fue conducida por uno de los muchos directores de escena mexicanos, galardonados en el mundo.

Y todo ese trabajo, para que las declaraciones de más de un centenar de detenidos coincida con las más de 200 declaraciones de testigos que han sido obtenidas por la autoridad y cuyos testimonios cazan igualmente con los dichos de los detenidos. Ese montaje habría supuesto un evento monumental de puesta en escena que marcaría un récord global y que, por ello, nadie en el mundo podría haber ocultado.

Peor aún, si imaginamos que ese complot supranormal supone la complicidad de universidades de prestigio mundial como la de Innsbruck, cuyos investigadores confirmaron el ADN de dos de los normalistas sacrificados en el basurero de Cocula.

¿No es absurda la hipótesis?

Sí, así de absurdo es el informe del GIEI.

Al tiempo.

Tomado de Milenio