Este martes, cinco personas murieron en lo que se presume—hasta ahora—como un asalto en una unidad de transporte público, en el libramiento Chilpancingo-Tixtla, en Guerrero. Pero entre los muertos, se encuentran dos estudiantes de la escuela normal rural “Raúl Isidro Burgos”,en Ayotzinapa; misma a la que pertenecían los 43 normalistas desaparecidos.
De acuerdo con las autoridades del estado, los cuerpos de los estudiantes Jonathan Hernández Morales, de cuarto grado; y Filemón Tacuba Castro, también de cuarto grado, fueron reconocidos por sus otros compañeros de Ayotzinapa.
Según los reportes oficiales, un grupo armado ejecutó a seis hombres sobre la carretera Chilpancingo-Tixtla—entre ellos los dos normalistas— y una más resultó herida durante un presunto “asalto” al transporte público.
Según las primeras investigaciones, los agresores viajaban como pasajeros y al llegar a “El Basurero”, ordenaron al chofer detener la marcha del vehículo y despojaron de sus pertenencias a los pasajeros. Y al detener la marcha, bajaron a la fuerza a los tripulantes y los ejecutaron.
Si bien las autoridades deben esclarecer el asesinato de los dos normalistas, habrá que ver las líneas de investigación que siguen las autoridades y si es que ante la tragedia del “caso Iguala”, no se politiza este hecho, como se hizo con la desaparición de los 43.
Además no faltará quien busque crear un cuento alrededor de esta tragedia y que además busque convertir el hecho en que “fue el Estado” y que muchos han utilizado para golpetear al gobierno.
Algunos ya se preguntan, ¿Quién, sea partido político o asociación no gubernamental, será el primero que comience a lucrar con este crimen?
