Otra vez Lula en la mira por corrupción

Luego de que en días pasados Dilma Rousseff fue destituida como presidenta de Brasil, su antecesor y maestro, Luiz Inácio Lula da Silva será juzgado por corrupción y lavado de dinero.

El expresidente de Brasil—quien era una de las figuras más queridas e influyentes del país en las últimas décadas—, es acusado por supuestamente recibir 1.11 millones de dólares en sobornos.

De acuerdo con las autoridades brasileñas, el exmandatario—de 2003 a 2011—pudo haber aceptado 3.7 millones de reales en sobornos de Petrobras. Las sospechas indican que Lula aceptó una propiedad de lujo en Sao Paulo, como pago de una empresa constructora que se benefició con contratos públicos de Petrobras.

Pero de acuerdo con los enterados, Lula no caería solo después de Dilma Rousseff, sino que lo acompañarían su esposa, Marisa Letícia; así como el presidente del Instituto Lula, Paulo Okamotto; y cinco directivos de OAS: Léo Pinheiro, Paulo Gordilho, Agenor Franklin Magalhães, Fábio Hori y Roberto Moreira por “corrupción pasiva y blanqueo de capitales relativos”.

Y siguiendo con la línea que marcó su amiga Dilma Rousseff, Luiz Inácio retó a quienes lo acusan a que prueben “una corrupción” para que se vaya encarcelado.

Si bien el partido de Lula y de Rousseff carece de credibilidad para muchos brasileños, todavía hay quien duda de las acusaciones en contra de los expresidentes.

Ante las acusaciones, señalamientos, comprobaciones y demás acciones en contra de Dilma y Lula, ¿Dónde están aquellos políticos mexicanos que apostaban por un gobierno como el de ellos? ¿Qué dirán quienes veían como ejemplo a Lula da Silva? ¿Será que alguien quiere en nuestro país el modelo de estos mandatarios brasileños?