El pasado 13 de agosto, muchos se escandalizaron cuando un comando armado asesinó a cinco personas en un bar de Orizaba, Veracruz.
El escándalo fue mayor cuando se confirmó que entre los muertos se encontraba el periodista Juan Heriberto Santos Carrera, ex corresponsal de Televisa.
Y todo se complicó cuando salió a la luz que Santos Carrera estaría en el lugar pues trabajaba para el crimen organizado.
Curiosamente, medio año después del insidente, el asunto sigue dando de qué hablar.
Y es que la tarde del lunes, el gobernador de Veracruz, Javier Duarte, confirmó la detención de Josele Márquez, el Chichi, supuesto jefe de plaza del cártel de los Zetas en Veracruz.
Lo peculiar es que, en agosto de 2015, el mismo gobierno veracruzano dio por muerto al mismo Josele Márquez, el Chichi.
Y es incluso más absurdo que, según las oficinas de inteligencia de Veracruz, la falsa muerte de “El Chichi” se difundió en agosto como parte de una estrategia para identificar al criminal y llevarlo ante la justicia.
Por donde se vea, el error del gobierno veracruzano es cada vez mayor. No sólo se equivocaron en agosto cuando dieron por muerto a un criminal que seguía vivo. Además anunciaron con bombo y platillo que el mismo criminal había sido detenido a principios de esta semana; y para rematar, se justificaron de un modo francamente ridículo.
Frente a esta cadena de tropiezos, sólo queda preguntar, ¿ahora sí es el bueno? ¿esta vez sí detuvieron al Chichi? ¿ahora sí les creemos?
