Algunas veces, ser funcionario público es sinónimo de estar detrás de un escritorio, acomodando papeles, soportando a jefes abusivos y a compañeros que no hacen su trabajo.
Sin embargo, otras veces, ser burócrata tiene sus beneficios.
Por ejemplo, en Oaxaca, el gobernador que resulte electo el cinco de junio se enfrentará con un 4.2 por ciento de incremento salarial de todos los trabajadores afiliados al Sindicato de burócratas.
Este incremento es el más alto del gremio.
Además, el Sindicato de la burocracia oaxaqueña logró que el gobierno saliente de Gabino Cué facilite que los servidores públicos de aquel estado tengan –todos– apoyo del Infonavit, incluso quienes no son sujetos a la prestación.
Asimismo, se lograron actividades y espacios deportivos; y actividades culturales en favor de los burócratas oaxaqueños.
Con estos beneficios, dicen, los burócratas Oaxaqueños ofrecerán un mejor servicio a los ciudadanos.
Lo curioso, no obstante, es que esta negociación ocurre cuando la administración de Gabino Cué va de salida.
Es decir, que el gobernador responsable de aprobar el aumento no será el gobernador responsable de pagarlo.
Por eso preguntamos, ¿será que Gabino Cué cometerá pillerías incluso cuando va de salida?
