Otra derrota de Gabino Cué

En repetidas ocasiones, aquí hemos dicho que Gabino Cué es uno de los peores gobernadores que ha tenido Oaxaca. Ya por los índices de pobreza, ya por la falta de empleo, ya por la ingobernabilidad, ya por el crecimiento —y enriquecimiento— sin límite de la CNTE, ya por un largo etcétera.

Sin embargo, todo indica que antes de abandonar el gobierno de Oaxaca, el señor Cué se dio el tiempo de cometer otro error; quizá el mayor de todos sus errores.

Resulta que al imponer a su delfín como candidato de la alianza entre el PAN y el PRD —el diputado con licencia, José Antonio Estefan Garfias—, Gabino logró lo impensable: atomizar la oposición y, prácticamente, entregar el estado al PRI. ¿Por qué?

Porque con la designación de Estefan Garfias, el senador Benjamín Robles —el mejor posicionado según las encuestas—, abandonó al PRD y se iría con el PT.

A su vez, la Morena de Andrés Manuel López Obrador empuja a su propio candidato: Salomón Jara.

Es decir, que la mano de Gabino Cué rompió los equilibrios de poder, dividió en tres a la izquierda y, según los enterados, puso la mesa para el regreso del PRI.

La pregunta es, ¿estamos frente al error o ante el cálculo de Gabino Cué?