Otra alcaldesa perseguida y destituida

 

No es desconocido que en México más de 50 alcaldes de distintos partidos y de diversas partes de la república han sido violentados o incluso asesinados por el crimen organizado o por otros grupos delincuenciales.

Uno de los casos más memorables es el de Domingo López González, alcalde de San Juan Chamula asesinado el pasado 23 de julio por un grupo de ciudadanos que exigían la entrega de recursos económicos para el desarrollo de obras públicas en sus comunidades.

Destaca que esta historia podría repetirse en caso de que las autoridades no actúen pronto, y es que en Apango Martir de Cuilapan, Guerrero, la alcaldesa Felicitas Muñiz está desaparecida desde hace quince días, cuando huyó de la localidad porque un grupo de personas quemó algunos vehículos de su propiedad, asaltó su domicilio y el de otros funcionarios y puso en riesgo su vida.

A partir de ese momento, se presentó una demanda de revocación de mandato para la regidora, sin embargo no ha procedido por tratarse de un asunto exclusivo de la Comisión de Gobierno, la cual se ha mantenido en pausa en este y otros asuntos de la agenda. Mientras tanto Muñiz está escondida y a la espera su destitución.

Cabe recordar que el pasado 14 de abril en Chenalhó, Chiapas, la alcaldesa Rosa Pérez Pérez, firmó una solicitud para separarse del cargo debido –también– a la presión de los pobladores quienes no aceptaron los resultados de la elección del año pasado y buscaron a toda costa su salida.

Este tipo de situaciones nos hace pensar que todo es una cuestión de género, pues en el caso de alcaldes la violencia se presenta de otra forma, aunque en ningún caso hay justificación.

En este sentido, vale la pena recordar que hace unas semanas el Tribunal Judicial de la Federación anuló la elección del alcalde municipal Raúl Valdivia Castillo, luego de que se comprobara que el cuando fue candidato cometió violencia de género cuando atacó a la abanderada del PRI, Brenda Lizeth Flores Franco, en una campaña de redes sociales y volanteo.

Por eso, vale la pena preguntarnos, ¿frente a qué situación nos encontramos? ¿Violencia de género? ¿O violencia contra alcaldes?