A pesar de los reclamos, de las mentadas y de la inconformidad generalizada hacia las medidas para reducir la contaminación, el jefe de gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera, asegura que cumple con su deber de gobernante y que hace lo que le corresponde.
En entrevista para La Otra Opinión, Miguel Mancera advirtió que las omisiones en el combate a la contaminación podrían tener todo tipo de consecuencias; algunas muy graves para la salud. Por ello, en afán de prevenir una crisis, el gobierno capitalino ha hecho lo que está a su alcance y seguirá haciendo lo que considere necesario.
Por otro lado, el jefe de gobierno reconoció que algunos utilizan políticamente la contaminación; el tema –aceptó– irrita y nunca faltan los oportunistas que aprovechan cualquier ocasión para golpear a sus adversarios políticos. Aún así, sentenció Mancera, la CDMX no se hará a un lado.
Miguel Ángel Mancera explicó que para atender la demanda de más y mejor transporte público se sustituirá la red de camiones de RTP, se sacarán de circulación 600 autobuses obsoletos y no se darán más concesiones para microbuses. Dado que el vehículo que más contamina es, precisamente, el microbús, el gobierno de la Ciudad apostará por alternativas más amigables con el ambiente y que ofrezcan un mejor servicio.
Mancera admitió que una evaluación a detalle de los problemas de polución le habría tomado hasta un año de omisiones. En ese tiempo, aceptó, muchos habrían estado contentos. No obstante, habría sido imperdonable que la indolencia tuviera repercusiones en la salud de los capitalinos.
Sobre su gabinete –en específico, los responsables del Medio Ambiente–, Miguel Mancera aseguró que su equipo ha contribuído en la toma de decisiones, se ha asesorado con expertos de primer nivel y ha logrado que incluso los gobiernos de París y la Organización Mundial de la Salud quieran replicar las medidas adoptadas por su administración y que, en ocasiones, compartan las experiencias exitosas en el combate a la contaminación.
Otro tema que preocupa –cuando se habla de cuestiones ambientales–, son las marchas y manifestaciones que generan caos vial y aumentan la emisión de gases. Sobre el tema, Mancera advirtió que se encuentra entre la espada y la pared. Por un lado, antes de cada manifestación, las organizaciones que dicen defender los derechos humanos prohíben a la autoridad que se impida el paso a los inconformes o que disuelva las manifestaciones. Por el otro lado, muchos de los asuntos que detonan las movilizaciones no tienen relación con las decisiones del jefe de gobierno. En esa lógica, la administración de la Ciudad apuesta por resolver los conflictos para evitar los problemas y desaparecer, desde su génesis, las manifestaciones.
Miguel Ángel Mancera explicó que no basta con diseñar un reglamento de marchas pues, en ocasiones, las movilizaciones más numerosas surgen de un momento a otro y resulta imposible acotar el movimiento. Por eso, ante el choque de garantías, Mancera apuesta por resolver los conflictos y por respetar los derechos y libertades de todos.
Sobre los taxis pirata y los ambulantes, el jefe de gobierno invitó a la ciudadanía a denunciar estas unidades pues luego de cada denuncia se detiene el vehículo y se remite al corralón. A propósito de los vendedores informales, Mancera recordó que la vía pública es responsabilidad de los gobiernos delegacionales; es decir, que salvo el Centro Histórico de la Ciudad, los ambulantes deben combatirse desde los gobiernos delegacionales.
En otros asuntos, Mancera defendió los macetones y demás objetos del mobiliario urbano que –para algunos– entorpecen la circulación. El Jefe de Gobierno aseveró que con estos objetos pretenden defender a los peatones y reducir el número de atropellamientos. Lo cual, dejó ver el gobernante, está ocurriendo.
Miguel Mancera insistió que sus medidas beneficiarán a la ciudad y que su trabajo debe verse como esfuerzos por rescatar y renovar la capital del país.
Finalmente, el jefe de gobierno calificó como un éxito acciones tomadas como el reglamento de tránsito –que ha reducido el número de accidentes de tránsito–, el llamado “pito de Mancera” que hoy es ley en Jalisco y que algunas mujeres exigen en ciertas colonias de la capital y “Médico en tu casa”, el cual pronto se exportará a París y a Madrid.
