Una vez más un jerarca de la Iglesia católica se vio envuelto en declaraciones polémicas en contra de la “ideología de género”.
Se trata del Obispo de Cancún y Chetumal, Pedro Pablo Elizondo Cárdenas, quien cuestionó la necesidad de implementar la Alerta de Violencia de Género contra las Mujeres (AVGM) en la entidad.
Según datos del Sistema Nacional de Seguridad Pública, Quintana Roo es la entidad de la República donde se cometen más violaciones y actos de violencia en contra de mujeres. Asimismo, ocupa el lugar número 13 en la lista de estados con más feminicidios.
Sin embargo, Elizondo Cárdenas menospreció el problema de los feminicidios al cuestionar: “¿Por qué las mujeres tienen que ser diferentes? ¿Por qué no son como los hombres? ¿Por qué no es un homicidio como todos?, de un ser humano”. Asimismo, el clérigo arremetió contra la “ideología de género”, que —según él— plantea la eliminación de los sexos.
Ante ello, muchos se preguntan, ¿Será consciente el obispo de Quintana Roo de lo absurdas que son sus declaraciones?
Y es que el delito del feminicidio se basa precisamente en la intolerancia a esa diferencia que él pretende negar. El feminicidio es el asesinato de mujeres por el simple hecho de ser mujeres.
¿Acaso la Iglesia no reclamó al gobierno protección para los sacerdotes cuando hubo casos de agresiones en contra de clérigos? ¿Por qué ser insensible al problema de la violencia en contra de la mujer? ¿En qué afecta a los valores de la iglesia la protección en contra de la violencia de género?
Ante barbaridades como los feminicidios, la respuesta —desde políticas públicas— debe consistir en adoptar medidas para paliar esa situación de vulnerabilidad en la que se encuentran las mujeres, y AVGM es precisamente uno de esos mecanismos, pues permite a los gobiernos municipales recibir apoyo y coordinarse con la Secretaría de gobernación a fin de garantizar la seguridad de las mujeres y detener la violencia en su contra.
