Obama, Francisco y Cuba; realpolitik

Este jueves se confirmó que el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, visitará la isla de Cuba el mes próximo.

Y aunque Obama diga que viajará al Caribe para fortalecer los lazos comerciales entre su país y el de los hermanos Castro, lo cierto es que, en los hechos, Obama imparte cátedra de realpolitik.

En entrevista para La Otra Opinión, el Doctor Adolfo Laborde –internacionalista del Tec de Monterrey– comentó que en estos momentos ya existe un acercamiento diplomático, comercial y turístico entre la isla y los Estados Unidos. Sin embargo, no hay que olvidar que esta nueva etapa en las relaciones entre ambos países se debe, en buena medida, a la mediación del Papa Francisco quien, desde el Vaticano, propició las negociaciones entre los gobiernos de Castro y de Barack Obama.

Es así que entre el Vaticano y el gobierno de Estados Unidos se intenta construir un bloque de oposición a los populismos chabacanos que han florecido en el sur del continente. En otras palabras, que al fortalecer a la isla de Cuba se buscaría reducir los lazos que conectan a este país con las dictaduras democráticas de Venezuela, Ecuador, Bolivia y otras similares.

En otras palabras, tanto el Papa como Obama jugarían con la geopolítica para crecer su influencia en la región y para mejorar las condiciones de vida en esta parte del mundo.

Acaso por eso, el trabajo diplomático se ha concentrado en asuntos comerciales y más bien simbólicos. O si lo prefiere, se han postergado las charlas de temas escabrosos como la prisión de Guantánamo.

Finalmente, tampoco sobra recordar que en la elección presidencial de Estados Unidos, Cuba podría jugar un papel determinante. No sólo hay un precandidato republicano con ascendencia cubana –Marco Rubio–, además existe un sinnúmero de actores políticos estadounidenses con marcados intereses en la isla caribeña.

En esta lógica, no es casual que Obama visite Cuba en los previos a la elección presidencial; tampoco es casual que Francisco haya jugado un papel esencial en esta negociación y mucho menos es casual que el Vaticano y los Estados Unidos apapachen a Cuba e intenten alejarla de las repúblicas bolivarianas de América del Sur.