Oaxaca y la Corte. Una vergüenza

Este jueves, el pleno de la Suprema Corte de Justicia aprobó la controversia constitucional 38/2014 en contrade los poderes Ejecutivo y Legislativo de Oaxaca.

De acuerdo con el dictamen, la Corte reconoció la omisión legislativa en materia de educación por parte de los poderes ejecutivo y legislativo del estado de Oaxaca.

En consecuencia –según los ministros–, el Congreso y el Ejecutivo oaxaqueños deberán subsanar el daño –mediante la emisión de las leyes secundarias educativas correspondientes–, a más tardar en el siguiente período ordinario de sesiones.

Cabe señalar que en abril de 2014, el gobierno federal presentó una controversia constitucional en contra del gobierno de Oaxaca por el incumplimiento de la armonización de las leyes educativas.

Por donde se vea, es una buena noticia que la Suprema Corte de Justicia meta en cintura al gobierno de Oaxaca, al Congreso oaxaqueño y a todos los responsables que –desde el servicio público–, han solapado la falta de clases en buena parte del estado.

Sin embargo, resulta doloroso, vergonzante y molesto que la Corte tenga que corregir la plana al gobierno omiso de Oaxaca. Es decir, que se antoja indignante y lastimoso que los gobiernos estatales necesiten la presión del Poder Judicial para hacer su trabajo.

¿Qué tiene que ocurrir en un Estado para que los responsables de redactar y aplicar la ley sean sancionados por no hacer ni aplicar la ley? ¿de qué tamaño es la crisis en Oaxaca?