El 24 de julio de 2014, el gobernador de Oaxaca, Gabino Cué, firmó un acuerdo con la mafiosa CNTE para frenar la armonización de la ley educativa estatal y las leyes de la reforma educativa.
En medio de los bloqueos, de plantones, de manifestaciones y de amenazas, el gobierno de Oaxaca cedió ante la Coordinadora.
Probablemente recuerda que la noche del 24 de julio, el gobierno oaxaqueño giró un comunicado en donde aceptaba los términos de la CNTE y advertía que se trabajaría en una ley educativa que cumpliera con los acuerdos logrados entre la autoridad y el magisterio disidente.
Hoy, a un mes de que venza el plazo que fijó la Suprema Corte de Justicia de la Nación para que el gobierno de Oaxaca armonice su ley educativa, los diputados oaxaqueños siguen sin llegar a un acuerdo. Todavía no saben qué tipo de ley educativa aprobarán.
Pero hay más. El dirigente de la sección 22 de la CNTE, Rubén Núñez, ya salió a medios a recordar al gobernador Cué que existe un acuerdo entre su gobierno y el magisterio.
Es decir, que la mesa está puesta para que el conflicto magisterial suba de tono en los próximos días. Todo esto, claro está, en medio de la elección del próximo gobernador de Oaxaca.
Por eso preguntamos –una vez más–, ¿quién detiene a la CNTE?
