En horas, México vivirá el “apagón judicial”. Es decir, comenzará a operar la Reforma al Sistema Penal Acusatorio. Pero, ¿qué significa el cambio? ¿qué cambios verán los ciudadanos de a pie?
Al respecto, no está de más recordar que Chihuahua fue uno de los primeros estados en implementar los juicios orales –que es una de las piedras angulares del nuevo sistema–, por lo que en La Otra Opinión platicamos con el exgobernador José Reyes Baeza, quien en 2006 fue el encargado de echar a andar el proyecto.
El ahora director general del ISSSTE comentó que en 2004 –en medio de la crisis de violencia por los feminicidios en Ciudad Juárez–, su gobierno se vio obligado a instaurar una nueva etapa en el sistema penal de Chihuahua. Fue así que convocó a jueces, magistrados, abogados y a todos los involucrados en la cadena de impartición de justicia, para que renovaran el sistema tradicional que había sido rebasado, era obsoleto y estaba colapsado.
Así fue como inició todo.
Para 2006, se propuso una reforma al código de procedimiento penales y para el 1 de enero de 2007, comenzó a operar el nuevo sistema.
Para Reyes Baeza, el tiempo ha demostrado que se trató de una buena decisión. ¿Por qué? Porque los juicios orales cambiaron la opacidad por transparencia –pues todos los juicios son públicos–, porque el excesos de rigidez pasó a la flexibilidad; porque los jueces están involucrados en los casos desde el inicio de los mismos y no hasta que llega el momento de tomar una decisión y porque se privilegian los castigos alternativos a la prisión.
Es decir, que en vez de que todas las faltas se procesen de la misma forma –en un sistema rebasado y obsoleto–, ahora se apueste por decisiones más rápidas que permitan la reparación del daño y la sanción en tiempos mucho menores a lo normal.
El exgobernador señaló que en el primer año del sistema de juicios orales, 60 mil procesos se resolvieron por esta vía, lo cual permitió que la atención de los jueces y ministerios públicos se enfocara en los delitos de alto impacto, como el homicidio o el secuestro.
Finalmente, José Reyes Baeza advirtió que un eslabón clave en la cadena del nuevo sistema de impartición de justicia es la capacitación y la profesionalización de todos los involucrados. Después de todo, el camino no es fácil; habrá tropiezos pero el resultado, concluyó, es positivo.
