Nuevo Reglamento de Tránsito, ¿no que muy efectivo?

El nuevo Reglamento de Tránsito de la Ciudad de México –lanzado en diciembre del año pasado–, parece no ser tan efectivo como se esperaba. Por un lado, el monto de las multas no llega a la cantidad que se pactó con Autotraffic –la empresa encargada de operar las 40 famosas cámaras de fotomultas–, y por el otro lado, los cafres siguen siendo la regla en las calles de la capital.

Ante el temor —y el desconocimiento— de los automovilistas capitalinos de cometer una infracción, primero se dijo que Autotraffic debía aplicar 150 mil sanciones cada mes. Sin embargo, a casi tres meses del nuevo Reglamento, se revisan diario entre 25 mil y 30 mil imágenes de las cuales sólo el 10 por ciento amerita infracción. Es decir, se emiten unas 75 mil faltas; la mitad de la cifra estimada.

De hecho, las mismas autoridades de Tránsito admiten que desde el inició de “la cacería de automovilistas”, se han condonado  440 mil infracciones.

Fernando Alejandro Martínez Badillo —subsecretario de Control de Tránsito—  reconoció que del 15 de diciembre de 2015 al 15 de febrero del 2016, se eximieron de pago 440 mil infracciones cometidas por primera vez. En palabras del subsecretario, se busca que –sin sanción económica–, el automovilista reconozca que cometió una infracción y no reincida.

Según el informe de infracciones —del 15 de diciembre al 27 de enero— se realizaron 585 mil 632 infracciones; 444 mil 081 primeras amonestaciones y 141 mil infracciones recurrentes.

Además de circular a exceso de velocidad, Martínez Badillo explicó que los principales motivos por los que se infracciona a un automovilista es ignorar la luz roja del semáforo, invadir pasos peatonales y utilizar distractores –como teléfonos celulares–, mientras conducen.

De acuerdo con la Secretaría de Seguridad Pública de la Ciudad de México, el uso de tecnologías para la captación de conductas infractoras está avalado desde el 2006 y “es así que gradualmente se han ido integrando una serie de dispositivos para eficientar la labor de tránsito”; pero a 10 años de distancia, la Ciudad de México sigue siendo un caos en este tema.  

Por otro lado, todo indica que las fotomultas son tan poco claras como el nuevo Reglamento. Y es que las imágenes de las infracciones que llegan a los domicilios de los infractores no son nítidas.  El propio subsecretario de Control de Tránsito aceptó que la calidad de la impresión es la causa de los enojos entre los conductores. Eso sí, el mismo subsecretario invitó a los infractores a acudir a los Centros de Validación de Fotomultas para poder ver las imágenes nítidas de las faltas cometidas.

Y las fallas siguen. Por ejemplo, los nuevos automovilistas pueden adquirir su licencia de manejo, sin presentar examen y con un pago de tan solo 725.50 pesos. La autoridad insiste que “cualquiera está capacitado para conducir y conoce la normatividad en materia de tránsito”.  

Además, desde 2007, en la Ciudad de México se implementó el sistema de cancelación de la licencia por puntos —retomado de modelos europeos—; de este modo, el automovilista iría perdiendo puntos por cada infracción cometida hasta perder la licencia. Sin embargo, la realidad es otra: según los mismo policías de tránsito, los dispositivos Hand Held —con los que se quitan los puntos de las licencias—, no sirven por “problemas del software”.

Es más, el propio titular de la secretaría de Seguridad Pública Capitalina, Hiram Almeida, reconoció que la empresa Autotraffic se quedaría con el 46 por ciento del dinero que capte de las infracciones porque el Gobierno capitalino no invirtió un solo peso en la instalación y operación de las cámaras.

A tres meses de su implementación, el Nuevo Reglamento de Tránsito está lejos de la meta, está lejos de quedar claro en el colectivo ciudadano y está lejos de transparentar cuánto dinero ha recaudado y cómo se utiliza ese recurso.

¿Habrá que esperar otros 10 años para que alguien pueda poner orden vehicular y vial en la Ciudad de México?