No es lo mismo ser azafata que dirigir un partido

¿Sabe qué se requiere para dirigir un partido?

Dicen los enterados que se necesita ser un líder social influyente; que es indispensable tener experiencia en el ámbito, que se debe saber cómo resolver una crisis; y por último, se debe contar el apoyo suficiente para garantizar el cargo y la operación del partido.

A propósito, no sobra preguntar, ¿usted considera que se necesitan las mismas aptitudes, habilidades y talentos para ser sobrecargo de un avión que para ser el presidente de una institución política?

La lógica diría que no. La lógica diría que los cargos demandan diferentes competencias. Sin embargo, para los perredistas, parece que ser azafata califica a quien busque ser dirigente del partido. Acaso por eso, la señora Alejandra Barrales se perfila como la favorita para encabezar a los amarillos.

Ver para creer…

Como seguramente recuerda, antes de coquetear con la política la señora Barrales trabajó para Mexicana de Aviación. De hecho, su ingresó a la política fue por presiones del señor Martí Batres, el “dedo chiquito” de Andrés Manuel López Obrador.

Y eso no es todo, Barrales también fue señalada por manejos cuestionables de recursos públicos. Por ejemplo, mientras fue diputada en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, la perredista habría sido responsable de un desvío de varios miles de millones de pesos, a través de un supuesto fideicomiso de becas.

Por lo anterior, resulta cuestionable –por decirlo suave– que cerca del 50 por ciento de los militantes perredistas digan apoyar la postulación de Barrales.

Es cuestionable, en primer lugar, porque el afán de echar al grupo hegemónico –el de “los Chuchos”–, podría resultar contraproducente para los amarillos. Es cuestionable, además, porque la señora Barrales es muy cercana a la Morena de Andrés Manuel López Obrador. Es decir, que a la cabeza del Sol Azteca estaría un perfil cercano al tabasqueño, ¿es eso lo que buscan los perredistas?

Por lo pronto, lo único que parece seguro es que la votación para elegir al próximo presidente del partido será el próximo sábado, por lo que en los próximos días, las tribus amarillas se darán con todo en su afán de asegurar la dirigencia nacional.

La pregunta es, ¿vale la pena tanto pleito por un partido que cada día parece estar más muerto?