Nicolás Maduro se queda solo

Así como el rey tirano que gobierna en un planeta vacío –en la historia de El Principito–, Nicolás Maduro está a punto de quedarse solo.

En cualquier momento, Maduro podría ser el mandatario de un país sin ciudadanos, sin empresas, sin turismo, sin nada…

Todo el mundo sabe que la pérdida más grande para un gobernante –sobre todo uno con tintes dictatoriales como Maduro– es la de su séquito y la de sus súbditos.

Un rey sin corona puede seguir siendo rey pero un rey sin gobernados pierde la autoridad, la jerarquía y se queda con un título que sirve de muy poco.

Lo anterior viene a cuenta porque la aerolínea alemana Lufthansa suspendió todos sus vuelos a Venezuela. Según dijeron, la crisis económica del país suramericano hace inviable la operación de tres vuelos semanales desde Frankfurt a Caracas.

Lo alarmante es que Lufthansa no es la única aerolínea que suspendió sus vuelos a Venezuela. Horas después del anuncio de Lufthansa, la compañía Latam también dio a conocer que cancelaría las rutas de Santiago (Chile), San Pablo (Brasil) y Lima (Perú) hacia dicho país.

Actualmente, Latam es la aerolínea con mayor presencia en América Latina.

A lo anterior habría que sumar que el sector salud de Venezuela también ha ido mermando. Los doctores, los enfermeros y otros prestadores de servicios médicos han dejado el país por falta de herramientas y espacios dignos para desempeñar su trabajo.

Prueba de lo anterior es que la semana pasada, casi 200 médicos cubanos solicitaron visas en Bogotá para probar suerte en Estados Unidos.

Y en una lógica similar, otros ciudadanos –con posibilidad económica– también han preferido migrar a quedarse en su país, donde la situación día con día se torna cada vez más difícil.

Para rematar, no sobra recordar que Nicolás Maduro ha perdido simpatizantes. En noviembre, como seguramente recuerda, el chavismo perdió la mayoría de escaños en la Asamblea Nacional.

Es así que el dictador de Venezuela dirige un país en donde –con el paso del tiempo– sólo quedarán sus aplaudidores y aquellos que no tienen alternativas.

Es así que Maduro se está quedando sin pueblo, como el rey de la novela de Antoine de Saint-Exupéry, quien envejeció en absoluta soledad y locura.

Es así que el mandatario venezolano está acabando con Venezuela en su afán ambicioso y egoísta por conservar el poder.

De seguir como ahora, no debe sorprender que en uno años, veremos a un Nicolás Maduro ordenar al sol ponerse y a las estrellas salir; jurando que el día y la noche existen porque él así lo decretó.