Nichos propagandísticos Republicanos y Demócratas

La disputa por la presidencia en Estados Unidos está muy cerrada.

Será junio, a finales, cuando se conozcan, en definitiva, quién es el candidato por su partido a la presidencia del país más poderoso.

El sistema político norteamericano es bipartidista. La competencia por la dirigencia es entre dos partidos: Republicanos frente a Demócratas.

En realidad la disputa se da entre grandes empresarios y quien logre la conquista del poder político obtiene como logros el disminuir el pago de impuestos y utilizar la presidencia para crear nuevos negocios.

Como cualquier evento político electoral las diferencias de esos grupos (políticos, económicos, militares o ideológicos) las resuelve la participación ciudadana. En esencia es el logro de la persuasión a través de la propaganda.

Los partidos políticos o los actores entendieron que la alianza de este sector con los medios de comunicación les dio sorprendentes y agradables resultados. En la práctica política, por supuesto, se recurre a otras artimañas.

Quien puso en práctica le persuasión como método de convencimiento a una determinada causa fueron los alemanes en el periodo del nacionalsocialismo, mejor conocido como: Nazi. Manipularon con la radio.

Los gringos luego de la segunda guerra mundial pusieron en práctica esas artes en eventos electorales con el empleo de la televisión y luego el cine.

Los partidos políticos aducen, cuando ganan, que triunfaron sus propuestas; la entelequia es su capacidad de manipulación o como hoy se le califica: persuasión. Otros la identifican como simulación.

Si antes, en su momento de gloria fue la radio, televisión o cine; en la actualidad es la internet y su nicho los jóvenes.

A este último sector es al que se está dirigiendo la campaña de Donald Trump. Su discurso está elaborado para que lo entiendan los pubertos. Y no es que sea, como alguien ha comentado, para retrasados mentales, sino que desea ideológicamente capturarlos.

El sello de persuasión a este sector es el video que circula en redes cuando en pantalla aparece Hilary Clinton y en audio ladridos. A muchos jóvenes les parece divertido y hasta ingenioso dicha posibilidad le podría dar frutos electorales a Trump.

Por su parte, el partido demócrata está persuadiendo al voto latino: apertura migratoria, reconocimiento en gramys y óscares, además restablecimiento de relaciones diplomáticas, culturales y económicas con Cuba.

El discurso de Donald Trump es agresivo y eso les encanta a los norteamericanos; por supuesto desagradable para el universo latino.

El último recurso que todos anhelamos y a pesar de que sea Trump el político más popular (como lo indican las encuestas) es que sea la cúpula del partido Republicano quienes decidan eliminarlo de la contienda.

La alternativa de Trump estaría en una candidatura independiente. Y la contención, por increíble que parezca, una alianza entre republicanos y demócratas para ganarle el 8 de noviembre la presidencia del país más poderoso, en este momento, del mundo.