Motín de Topo Chico; Un descuido criminal: Regino

La noche del miércoles, un motín en la cárcel de Topo Chico –en Monterrey, Nuevo León– costó la vida a 49 personas y dejó una docena de heridos.

Al respecto, se han dicho muchas cosas. Algunos intentan explicar el incidente con el autogobierno en las cárceles, con la falta de protocolos de respuesta, con la sobrepoblación carcelaria y con un largo etcétera. Sin embargo, además de todos estos factores –que sumados resultan en el violento motín de Topo Chico–, lo cierto es que existe una responsabilidad innegable: la del gobernador.

En entrevista para La Otra Opinión, el experto en temas de seguridad, Gabriel Regino, advirtió que un gobernador atento –con un equipo diligente–, habría advertido que en la prisión se gestaba una trifulca como la que ocurrió el miércoles por la noche. Para Regino, un gobierno eficaz habría tenido la eficacia para identificar las circunstancias y para responder en tiempo a la contingencia. Ya que, al final del día, las cárceles son el pulso criminal de una ciudad. O si lo prefiere, lo que sucede en una cárcel es muy parecido a lo que ocurre en una ciudad o en un estado.

En esta lógica, las omisiones y la falta de eficacia del gobierno que encabeza Jaime Rodríguez, el Bronco, estarían al inicio del listado de responsables –y de responsabilidades–, del motín de Topo Chico. Y es que, en opinión de Gabriel Regino, la preocupación de Rodríguez por convertirse en candidato presidencial –y despachar desde Los Pinos–, lo ha llevado a descuidar su estado, a dejar pasar las señales de alerta y a omitir las advertencias de sucesos gravísimos como lo ocurrido en el penal de Topo Chico.

Gabriel Regino explicó que Nuevo León ha enfrentado una escalada criminal violenta desde hace años. Por ello, el gobierno estatal debe mantener un esquema de vigilancia permanente que le permita atender y prevenir sucesos como el ocurrido la noche del miércoles. Y es que, en resumidas cuentas, atrás del motín de Topo Chico se encuentran los denominadores comunes de otras tragedias similares: la corrupción, la criminalidad y el privilegiar el activismo político en vez de gobernar con eficacia.

Después de todo, concluyó Regino, en un estado violento como Nuevo León, la indolencia del mando local podría llevar a que situaciones como la de Topo Chico se repitan ya en la misma prisión o ya en el resto del estado.

Por cierto, ¿dónde quedó la fuerza civil de élite de la que presumía el gobierno de Nuevo León? ¿por qué no actuó a tiempo? ¿por qué no evitó la masacre?