El domingo cinco de junio, seguramente confirmaremos que el gran ganador del proceso electoral se llama Andrés Manuel López Obrador y que el vehículo de su victoria es conocido como Morena.
Es muy probable que la Morena de López Obrador no gane gobiernos estatales. No obstante, viene a cuenta señalar que Andrés Manuel no tiene como objetivo acomodar a gobernadores de Morena. En realidad, lo que el tabasqueño busca es crear una estructura operativa, con miras al 2018.
Y lo cierto es que en los estados con mayor cantidad de votos, la Morena de López Obrador seguramente quedará en el segundo o el tercer lugar.
Por eso, sin victorias rimbombantes, Morena sería el partido con los mejores resultados. O si lo prefiere, sería el frente político que terminaría más cerca de los objetivos planteados.
Pero eso no es todo. La victoria de Morena podría ser doble. Y es que mientras Morena crece, su principal adversario –el PRD–, pierde empuje.
En entrevista para La Otra Opinión, el analista Carlos Ramírez explicó que la fuerza de Morena se concentra en algunos estados –como Zacatecas y Veracruz–, que siempre va de la mano con la popularidad de López Obrador y que los votos que suma son sufragios que pierde el PRD.
Por eso, a nadie debe sorprender que el cinco de junio, Morena gane donde los amarillos pierdan.
