México, aprovechar la oportunidad

Con un abrazo solidario a mi colega y amigo, Ricardo Alemán.

México está bien parado en la turbulencia mundial y no se van a observar escenarios como en crisis anteriores, en que la economía cayó a menos 6.0 y menos 7.0 por ciento también por razones externas e internas.

Ayer el Financial Times explicaba que en medio de la fuga desenfrenada de capitales y la caída en los precios del petróleo, “uno de los mercados emergentes sigue en pie: México”.

Y recogía declaraciones del director para América Latina e Iberia de BlackRock (“el administrador de dinero más grande del mundo”), quien apuntó que “México se separa de otros mercados emergentes, más aún en el actual entorno macroeconómico”. Y se preguntaba: “¿dónde más puede ir capital?… México es un punto brillante”.

México es, hoy por hoy, el país con mayor crecimiento de América Latina y con menor inflación.

Y no estamos en el mismo barco que las otras economías grandes de América Latina porque, como han explicado en estas páginas Enrique Quintana y Jorge Suárez Vélez, exportamos mucho más manufacturas (bendito TLC) que materias primas.

Más de 70 por ciento de las exportaciones mexicanas corresponden a manufacturas y China no pinta en nuestro comercio exterior (le vendemos 1.7 por ciento de las exportaciones).

Nuestro principal socio comercial es Estados Unidos, el país menos vulnerable del mundo en esta crisis.

Sí, México es “un punto brillante” para la atracción de inversiones, como se señala en el Financial Times. Y para aprovechar la oportunidad que nos presenta la crisis global es preciso realizar, cuanto antes, dos tareas pendientes.

Una, restarle peso al petróleo en las finanzas públicas. Explicaba Jorge Suárez Vélez el jueves en EL FINANCIERO, que el petróleo financiaba 35 por ciento del presupuesto en México, y que con la caída de los precios sólo podrá sufragar el 12 por ciento.

Hay que ajustar el gasto. No hay salida. Y ahora quien tiene que apretarse el cinturón es el gobierno.

Ya la sociedad hizo y sigue haciendo su parte con la carga de la reforma fiscal, además de que seguimos pagando bienes, como la gasolina, a precios que se pagaban cuando el barril de petróleo estaba en 80 dólares.

Todo indica que el crudo va a seguir bajo, ya que Arabia Saudita no acepta reducir su precio pues su guerra sectaria no declarada con Irán la llevará a no darle respiro económico a la nación persa.

Así es que, a ajustar. Y que se ajuste el gobierno porque la sociedad ya lo hizo.

La otra gran tarea es Estado de derecho.

Esta es la oportunidad del gobierno de ponerse en sintonía con la sociedad e impulsar una legislación anticorrupción –como la que está en el Congreso–, y hacer evidente la voluntad política de aplicarla.

No más desfiguros nacionales e internacionales, y mano firme a la hora de aplicar la ley. Pero poner el ejemplo y cumplirla.

Con Estado de derecho aceptable veremos cómo llegan las inversiones a las zonas especiales, donde actualmente no existe certeza jurídica ante cobradores de extorsiones, grupos radicales que no permiten la instalación de empresas, y autoridades deshonestas a la hora de los concursos y los contratos.

De que se puede, se puede. Y es la hora.