#MásPoesía Rafael López

Nocturno

 

Seda oscura sobre tus piernas,

qué paradójico ataúd;

veo surgir de hondas cisternas

los mástiles de la inquietud.

 

Rueda en el lánguido sulfato

de sus miradas de candor,

el puñal del asesinato

entre los juegos del amor.

 

Cuando los labios sitibundos

beben en su boca feliz,

se le adelgaza la nariz

como la de los moribundos.

 

En el ritmo de su cadera

palpitan los flancos del mar,

la sangre de la primavera

y el dulce veneno lunar.

 

Aunque limpia de desengaños

la joven frente alza marchita;

parece que tiene mil años

como nuestra madre Afrodita.

 

Tomado de la antología de Juan Domingo Argüelles: Poesía mexicana. De la época prehispánica a nuestros días.